Si hay un estadio que en los dos últimos decadentes años en los que ha quedado más patente la fragilidad del Valencia como visitante, ese ha sido el Sadar. En las dos últimas visitas, el Valencia ha regresado con sendos 3-1, ofreciendo una imagen de enorme inferioridad sobre su rival, que le superó en fútbol, motivación, personalidad, en todos los registros. En el primer partido, con Albert Celades, un apocado Valencia fue barrido al recibir 29 disparos de Osasuna, 14 de ellos entre los tres palos. Con la misma escasa resistencia, los blanquinegros capitularon un año después, con Javi Gracia de técnico. El Valencia regresa al templo rojillo, pero ha abandonado esa versión apagada y el ánimo asustadizo.

«Es un equipo que este año no te va a regalar nada», señalaba ayer Jagoba Arrasate, técnico rojillo. Con 7 puntos de 9 posibles, con José Bordalás se comporta como un bloque sólido, con la seguridad de haber reencontrado una personalidad que se defiende con toda la contundencia posible y con el calor de los buenos resultados. Será el escenario perfecto para que el Valencia deje atrás su sequía como visitante. No gana fuera de Mestalla desde el 10 de enero, frente al Valladolid.

No será una prueba sencilla ya que los de Tajonar también llegan al encuentro con el ánimo al alza e igualmente invictos, aunque con dos empates, por una victoria. Osasuna será el primer test en un mes de septiembre muy exigente que transformará en aspiraciones todas las buenas intenciones que está mostrando el nuevo Valencia. Luego espera el Real Madrid en Mestalla, la dura visita al Sánchez Pizjuán y la visita del competitivo Athletic Club, con el añadido ambiental del primer regreso a Mestalla del venerado Marcelino García Toral, tras su destitución, hace dos años y un día.

Cillessen por Mamardashvili

Hasta el momento, con un once inicial reconocible, el Valencia se ha exhibido como un equipo que no duda y que entra en los partidos con gran ambición, buscando el gol en los primeros diez minutos como si fuesen los diez últimos. El parón de selecciones ha frenado esa inercia tan decidida. No solo por cortar la competición cuando más se estaba disfrutando (ante el Alavés hasta regresaron los olés en Mestalla), sino también por sobrecargar con minutos y haber alterado el descanso de varias de las piezas fijas en la alineación. José Luis Gayà llegará muy apurado, tras recuperarse de su edema en el soleo a velocidad de vértigo. Carlos Soler fue titular en los tres destacadísimos partidos que jugó con la selección. Otro tanto con Wass, Guedes y Guillamón. Y Maxi Gómez y Alderete, exponentes de la energía renovada del nuevo Valencia, aterrizaron con el tiempo justo de las eliminatorias sudamericanas arrastrando desfase horario. Bordalás decidirá si fuerza la continuidad en el once o si lo refresca aprovechando el fondo de armario que ha ganado con la semana final de mercado y que ha ido acoplando en Paterna, en las dos semanas de parón. Foulquier, Marcos André, Hugo Duro y Hélder Costa oxigenan las necesarias rotaciones. La principal novedad se adivina en la portería, en la que Jasper Cillessen podría desplazar al sorprendente Giorgi Mamardashvili.

Osasuna llega con la confianza de haber estrenado el casillero de victorias frente al Cádiz, en un partido con el que desbloqueó con tantos de Kike García, Roberto Torres y David García la falta de puntería de las dos primeras jornadas, con empates a cero goles.