Ante el contenido, repercusión y consecuencias de la oferta de compra de la mayoría accionarial del Valencia, recientemente realizada por Miguel Zorío y dirigida a Peter Lim, por responsabilidad con la grave situación social, patrimonial y deportiva del club, y criterio propio tan alejado de la estructura elegida en la propuesta presentada, deseo exponer mi opinión que la materializo tras estas necesarias consideraciones:

1.- La doy sin representar a grupo ni plataforma alguna. Se trata de un convencimiento personal.

2.- Las hago desde el máximo respeto a Miguel Zorío, primero por el trabajo de denuncia realizado desde hace años en el objetivo común de devolver el club a sus aficionados y segundo por encontrarse absolutamente legitimado a actuar como considere de la misma forma que yo lo estoy para valorar su actuación.

3.- No dudaré en rectificar si pese a mi desconfianza y oposición al planteamiento llegara a buen fin.

Lo acontecido en la sede de la Agrupación de Peñas, en cuanto a exposición y argumentación de la oferta, documentación y garantías presentadas, asistencia y sustento posterior es un insulto al rigor económico, a la decencia representativa y al criterio de un análisis trabajado en cuanto a lo que se dice y por quien lo dice. Todo, absolutamente todo me parece un disparate. Comenzando por la medida elección de la sede - una especie de cuna para muchos valencianistas -, la falta de equilibrio entre lo que se piensa y declara en cuanto a la valoración actual del paquete accionarial de Lim y el importe ofrecido para su compra y que reposa en una Notaría de la ciudad a través de una Carta de Intenciones, la configuración de la financiación y su inexistente afianzamiento más allá del proyecto y propia presencia, al respaldo político a toda esta incoherencia con la presencia en el acto de entre otros del Presidente de las Cortes Valencianas y el posterior público del Alcalde de la ciudad, ambos pertenecientes a un partido político al que se le supone máxima identificación con el sentir, desprecio o abuso social. La amplitud de la posterior divulgación, obedece a esa necesidad de traslado y escucha de buenas, diferentes o despampanantes noticias por delante de la obligatoriedad de informar y además hacerlo de forma ortodoxa.

¿Cómo debemos interpretar que ante la conocida y deteriorada situación de lo que se adquiere se le ponga un precio de 248 mll de euros? ¿cómo se puede hablar de las consecuencias mercantiles derivadas de la debilidad patrimonial y no reconocerlo en el importe del ofrecimiento? ¿se trata de audacia o de insolencia el afirmar que para un importe global de oferta de 368 mll de euros (acciones + n/estadio) el banco extranjero tan solo requiere el Proyecto de Club y la presidencia de este espléndido proponente? Recordemos que actualmente y para un importe muy inferior, la banca cuenta entre otras con la garantía del actual Mestalla y elevados porcentajes de derechos de televisión y publicidad estática. ¿Pueden tomarse la molestia de a través de cualquier simulador de préstamos, calcular la obligación mensual resultante y el cálculo de intereses para el supuesto de cumplir su amortización durante 20 años y tras ello preguntarse si este VCF o el que nos dibujan puede permitírselo? Y sobre el actual Mestalla y su deuda ¿es posible que hablara de «dación en pago», de traspasarle a la banca tu idea o problema hoy al corriente de pago y además dándola por autorizada e incluida en su singular «viabilidad»? Y en cuanto al retorno de la deuda ¿es necesario recordar la dificultad para completar aquella primera fase de la ampliación de 2.009 donde a base de sangre, sudor y lágrimas se llegó a 18 mll de euros frente a los 180 mll de la pretensión de hoy? Y el resto o el sobrante a cubrir por patrocinadores ¿en base a que racionalidad económica les hace atractiva la inversión? ¿y todo esto, sin pestañear?

Mientras el periodismo trabaja sobre Zorío y su propuesta, la Valencia futbolística se entretiene con el Banco extranjero y la Constructora Internacional y yo mezcla de cansancio y rebeldía escribo sobre estas ocurrencias, el Valencia anuncia su próxima Ampliación de Capital. Y fruto del despiste asumimos que esta ampliación tiene su origen en el ajuste salarial recientemente publicado cuando esto no es más que una vergüenza y una afrenta pero no el motivo por el cual el VCF tiene la obligación de reequilibrar su Patrimonio tal y como muchos estamos advirtiendo desde hace más de un año. A estas personas que grupal o individualmente se posicionaron en contra de la gestión de los administradores y máximo accionista del club, con distintos fundamentos, ritmos y repercusión, todo esto y ante una sencilla razón de credibilidad se les hace un flaco favor.

Y a ellos me dirijo para finalizar. Conocemos el trabajo realizado y el efecto conseguido. El cansancio, la incomprensión o el poder accionarial no debería suponer nuestro abandono. La transformación Social conseguida es suficiente argumento para tener la seguridad que tarde o temprano esto acabará. Además de continuar e insistir en los Juzgados, en la ATE, en la agrupación de acciones y en la calle, queda CVC. Y con él, dos escenarios según la decisión de Meriton: utiliza el dinero que va a recibir del fondo para garantizar ante el Consell su obligación de acabar el estadio y la Administración la acepta o Meriton decide que pese a poder recibir más de 80 millones de euros los rechaza porque entre sus intenciones no se encuentra la de acabar la construcción del nuevo estadio. Es en ese momento cuando ya no quedará excusa alguna en el político valenciano que salvaguarde la actuación del máximo accionista, se resolverá la ATE, afectará de forma importante en la valoración del Activo del club, Lim se verá obligado a volver a ampliar capital o ver el desastroso resultado de su gestión, la banca deberá replantearse su actual garantía y el Presidente de la G.V se verá obligado a actuar. El problema es de tal envergadura que tenemos prohibido confundirnos con odas a la notoriedad y a la vanidad. Pregúntense, si ven a Juan Martin Queralt censurado ahora por su necesaria discreción, representando un acto similar al que nos ocupa aunque el suyo fuere cierto y las posteriores entrevistas por lugares donde por cierto ya pasaron individuos como Victor Vicente Bravo o Mario Alvarado. ¿Se responden?