El ‘efecto Bordalás’ ha experimentado un leve estancamiento en las últimas seis jornadas. A nivel de resultados y de sensaciones. El equipo intenta seguir siendo siendo fiel a las señas de identidad del técnico y compite en cada partido hasta el último minuto, pero los resultados no acaban de llegar. También hay algunas claves que dejan claro que se ha perdido el camino en algunas situaciones. Eso sí, el entrenador está tranquilo y contra el Betis el objetivo es volver a la senda del triunfo. Para lograrlo tendrá que recuperar su identidad en el tema ed las faltas, reducir el margen de error para no regalar goles y ofrecer una mayor frescura en el apartado ofensivo, como ante Alavés u Osasuna al inicio de curso.

La mayor prueba de esta situación es el último empate (2-2) ante el Mallorca. No fue el mejor partido y el equipo terminó rescatando un punto en un encuentro gris. La dinámica no es positiva, pero el equipo no da síntomas de agotamiento o de falta de fe. Ahora bien, tras caer ante Madrid, Sevilla y Barça y empatar ante Athletic, Cádiz y Mallorca ya son seis los partidos consecutivos sin ganar, desde el duelo en El Sadar (1-4) ante el CA Osasuna.

El partido contra el Betis de la jornada intersemanal será especial para el Valencia CF, que se reencontrará con un estadio que trae muy buenos recuerdos; allí se ganó en 2019 el último título del equipo, la Copa del Rey del Centenario. También será clave en la reconstrucción del proyecto y en la recuperación de sensaciones. Y ahí entra en juego, entre otras cosas, el carácter del entrenador. Su llegada a Mestalla espoleó a la entidad y le dio nuevamente un aire de ambición después de dos temporadas muy negativas. Ahora es el momento de que coja el toro por la cornamenta y demuestre que su proyecto no ha sido un impulso puntual ni flor de un día, sino que es lo que el Valencia necesita para recuperar de una vez su ‘ADN’ y regrese al lugar que le pertenece.

Después de no ganar un patido que por escenario y por entidad del rival debió ganar, el del Villamarín se postula como un partido vital sobre el que cimentar la remontada. Los verdiblancos llegan a tope y hay varios factores que pueden decantar la balanza en favor del Valencia.

El primer lugar, Bordalás tendrá que acertar en el once. Contra el Mallorca falló con algunas de sus decisiones y para el choque en Sevilla podría regersar el cuadrado de seguridad del equipo (centrales y doble pivote) formado por Alderete - Paulista en retaguardia y Wass - Guillamón en la medular. Al equipo le faltó contundencia atrás y, sobre todo, capacidad de mando en el medio.

En segundo lugar, explotar más las bandas. El juego exterior está siendo uno de los puntos flacos del equipo, máxime cuando no ha contado con Gayà y Thierry dando amplitud por los costados. El paso al frente de Hélder Costa puede suponer un paso al frente en este sentido.

Otra de las lagunas competitivas en esta mala racha ha sido la gestión de las primeras partes. Contra el Sevilla en el Pizjuán el equipo lo acusó y contra el Mallorca se puso un muro enfrente que no acabó de poder remontar en la segunda parte.

Por supuesto, la lucha, el coraje y, también, el regreso de Carlos Soler en buena forma tras su lesión de las últimas semanas.