Es la hora de mirar hacia arriba en LaLiga. Porque Europa no espera a nadie. El Valencia de José Bordalás está obligado a cortar su racha de una victoria en las últimas once jornadas de LaLiga (9 de 33 puntos) y dar un paso adelante en Balaídos si no quiere que los puestos europeos se alejen para siempre. El trámite de la Copa del Rey en Utrillas no ha hecho olvidar las malas sensaciones con las que acabó el equipo en el último partido contra el Rayo Vallecano es Mestalla. El empate supo a derrota y la única forma de hacer bueno aquel punto es ganar al Celta. No queda otra. Vigo es la primera final de muchas.

El Valencia compite desde el Villamarín, ha recuperado solidez defensiva con el cambio de sistema, pero está atascado en modo resultados y de momento no sabe sumar de tres en tres. Y eso penaliza mucho. El equipo necesita acabar con la racha de tres empates consecutivos (Atlético de Madrid, Real Sociedad y Rayo) y volver a sentirse fuerte lejos de casa. Bordalás ha conseguido cambiarle la cara al equipo como visitante con respecto a las dos últimas temporadas (salvo las goleadas del Sevilla y Betis), pero fuera de Mestalla su equipo solo ha ganado una vez esta temporada. Y ya ha llovido mucho. Fue contra Osasuna (1-4) en El Sadar en septiembre. Queda demasiado lejos.

El  Celta es otra motivación. El Valencia se enfrenta a un rival directo que también vive en la zona media de la clasificación y mira de reojo a Europa. Perder en Vigo sería muy peligroso porque de ser así el Valencia se dejaría empatar a 19 puntos por el equipo del Chacho Coudet. El cuadro celeste baja mucho su rendimiento en Balaídos (ha igualado los peores números del club como local en la historia de temporada 1943/1944 con 5 puntos de 24 posibles), pero ha mejorado mucho en efectividad en los últimos partidos de la mano de Santi Mina (5 goles en LaLiga muy por encima de Maxi Gómez) y Iago Aspas y es una seria amenaza en ataque. Y más si el Valencia viaja a Vigo con su línea defensiva en cuadro. A las bajas ya sabidas de Gabriel Paulista y Thierry Rendall por lesión hay que añadir las de Mouctar Diakhaby y Dimitri Foulquier por sanción. Un escenario que confirma la necesidad del equipo de reforzarse con un central en el mercado de invierno. Bordalás ya lo quiso en verano. Las soluciones de urgencia pueden pasar por la vuelta a la defensa de los reconvertidos Hugo Guillamón y Daniel Wass. Ninguno de los dos jugó en Utrillas. La buena noticia para Bordalás es que el equipo llega fresco de piernas. El técnico hizo rotaciones masivas en la Copa y tendrá al cien por cien físicamente también a los Gayà, Carlos Soler, Guedes, Hugo Duro, Hélder Costa y Alderete. Yunus y Koba piden paso. Cillessen vuelve a la portería después del paréntesis copero. Es un momento perfecto para asaltar Balaídos, dar un salto de calidad en LaLiga y salir reforzado de este tramo final de 2021 contra el Celta, Elche y Levante. Cualquier otra cosa será alimentar las dudas. El Valencia tiene que mirar hacia arriba. Es el día.