Si ha habido un momento en el que el Valencia puede, de nuevo, hacer daño al Atlético de Madrid es justo ahora. Esta noche en el Wanda Metropolitano se le presenta una oportunidad de oro al conjunto de José Bordalás contra uno de los rivales que más le ha limitado en la última década. Diez años de expansión colchonera bajo el mando carismático de Diego Simeone que han confluido con la época de mayor convulsión del Valencia en su siglo de vida. De esa mezcla, unos números terribles para los blanquinegros después de toda una historia compartida de duelos igualados. Desde que el Cholo llegó al club rojiblanco, Valencia y Atlético se han medido en 25 ocasiones, con solo 2 victorias para los de Mestalla (1-0 en la 12-13; 3-1 en la 14-15), 9 empates y 13 derrotas. El poderío del Atlético resistió incluso a la reacción valencianista con el «marcelinato» de 2017-19.

Pero toda esa frustración queda ahora a cero. El otro “clásico” de LaLiga vuelve al punto de partida, con ambos equipos de nuevo juntos, apenas separados por cuatro puntos. El Valencia sigue en su crónica inestabilidad institucional, pero con un grupo que con Bordalás vuelve a ser competitivo pese a la alarmante ausencia de refuerzos. Y el Atlético atraviesa su fase de mayor desgaste con Simeone, ha dejado de ser un bloque granítico y solo ha ganado 7 de sus últimos 20 partidos. Los dos últimos tropiezos, con extra de dolor, con el doble batacazo contra el Athletic en la Supercopa de España y contra la Real Sociedad en Copa. Las sensaciones son poco reconfortantes, por la inédita inseguridad defensiva, por el mal momento de Giménez-Savic y la venta de Trippier. Además, las lesiones han frenado la frescura de Llorente, como a Griezmann tras su buen inicio. De Paul no ha eclosionado y Joao Felix no se ha consolidado como el futbolista franquicia del proyecto. Con Luis Suárez más intermitente, queda Correa como referencia más fiable (y especialmente inspirada contra el Valencia). La abundancia de alternativas siguen colocando al Atlético, no obstante, como claro favorito.

El «feeling» es distinto en Mestalla, en una dinámica de costoso crecimiento, pero curva ascendente al fin y al cabo. El punto contra el Sevilla confirma la fiereza valencianista como local, que pese a no ganar en Mestalla a ninguno de los «grandes», ha llegado a acorrarles a todos. Sucedió con el Madrid, con remontada rival en el descuento (1-2), la misma con la que se salvó la visita del Atlético (3-3). Lejos del calor de Mestalla, las derrotas han sido más implacables (3-0 ante el Barça, 4-1 contra el Madrid, 3-1 en el Sánchez Pizjuán). En este sentido, el duelo en el Wanda también medirá la evolución de la madurez competitiva de los de Bordalás. El premio, además, es grande. Aunque solo se ha sumado un punto de los últimos 9, una victoria en Madrid acercaría al Valencia a solo un punto (con un partido más) del Atlético. Y con mucho prestigio recobrado.

Las opciones de victoria dependerán de las piezas disponibles. Los focos apuntarán a Daniel Wass, pretendido por el Atlético y pieza fundamental en el Valencia. Tras superar el covid-19, podría estar en el “once”, al igual que Carlos Soler, que ya estuvo cerca de ser llamado ante el Sevilla. Habrá que ver si Maxi Gómez, disgustado y tratando de acelerar su salida, se sube al avión tras su «castigo» en la última jornada.