En los siete años de reinado de Peter Lim en València, los proyectos co-participados entre el máximo accionista y un núcleo deportivo fuerte han sido fórmulas de éxito, a la par que ejemplos escasos. La demora en la firma del traspaso del club propició que la temporada 14-15, que acabó con cuarta plaza, fuese ideada tanto por Lim, con los fichajes de Rodrigo y André Gomes, como la aportación de Salvo, Rufete y Ayala con los Mustafi y Otamendi. Un caso parecido al de la cohabitación entre Meriton y la pareja Marcelino-Mateu Alemany, que con voz y voto llevaron al Valencia a ser campeón de Copa y a llegar a ostentar una influencia tan elevada que Lim la cortó de raíz. Cuando Meriton ha ejercido en solitario han aparecido las travesías en el desierto, de 2015 a 2017 y de 2019 a 2021. En el Valencia actual, José Bordalás trata de cuadrar ese fragilísimo equilibrio, defendiendo el criterio deportivo profesional, sin que salte la pintura como sucedió en los técnicos anteriores y sin que la llamada «propiedad» tome tal reivindicación como una deslealtad. Eso lo convierte en algo más que un líder para el vestuario.

Anil Murthy dialoga en un entrenamiento con Bordalás.

Bordalás estaba advertido del club al que venía, de las peculiares corrientes que arrastraron a sus predecesores. Del mismo modo, tenía claro, incluso desde los meses de negociación con el club antes de fichar, que esa clase de interferencias podrían suceder. En otras palabras, preveía que tendría que acabar reclamando fichajes en sus comparecencias públicas. En esa fricción de capas tectónicas entre el Valencia de Singapur y el Valencia de Mestalla aparecen signos de impaciencia, los que ha exhibido el mismo Bordalás a la hora de reclamar celeridad en las incorporaciones y la súplica de que respondan a un perfil de oficio y carácter, ante la conocida tendencia de Meriton Holdings, bautizada por el propio club como «Youth Policy», a firmar jóvenes en proyección con un retorno potencial de mercado más alto. Aunque el desgaste es inevitable, Bordalás lo asume como un peaje necesario de haber llegado al Valencia, un gran reto de su dilatadísima carrera de entrenador y que no considera, de momento, caduco. Es un técnico cabreado, pero comprometido.

En un pulso que es variable dependiendo de rachas y épocas, la realidad es que Meriton Holdings, en el momento más bajo de popularidad de Lim, sí ha reaccionado cediendo en parte a la opinión del entrenador. Así se vio en varias de las adquisiciones de verano (Alderete, Hugo Duro, Marcos André) y de momento se ha correspondido a medias en la ventana de invierno. Cömert no era una petición expresa y la llegada de Moriba contradice el ruego de fichar a jugadores con experiencia, una necesidad que cobra urgencia con la salida de Wass. No obstante, es la “presión” de Bordalás en sala de prensa la que mantiene viva, en apariencia, la voluntad de seguir apurando el mercado y de seguir optando a algunos de los deseos del cuerpo técnico, como Bryan Gil.

El equilibrio 2017-2019

En el pasado, Mateu Alemany, ahora director de fútbol del Barcelona de Joan Laporta, manifestaba en privado que creía haber dado con la tecla de la convivencia armoniosa con Meriton. El dirigente mallorquín ponía como ejemplo al mismo Valencia, a las puertas de la temporada del Centenario. Por un lado, el 80-90% de la planificación había correspondido a su grupo de trabajo con Marcelino y Pablo Longoria (hoy presidente del Olympique de Marsella), mientras que reservaban la labor y la implicación de Peter Lim para aquello en lo que realmente era primordial la presencia de un máximo accionista: pedirle que viajase a París para que te abra la puerta el jeque Nasser Al-Khelaïfi y firmar a Guedes, la guinda. Era una manera de sentir al máximo accionista implicado y satisfecho.

Aquel equilibrio saltó por los aires. A esa simetría aspira Bordalás, sin tantos contrapesos a su favor, ante la posición de inferioridad en la toma de decisiones de Miguel Ángel Corona. El desenlace del mercado, y en consecuencia la posición final en la Liga, condicionarán el futuro y quizá hasta la consideración de Meriton a un técnico que se ve muy entero para seguir disfrutando de la aventura de ser el entrenador del Valencia.