Otro de los puntos de inestabilidad que ha acabado afectando al rendimiento global del equipo, y más directamente a los goles en contra, es la falta de un titular inamovible en la portería. Jasper Cillessen es la opción preferida por Bordalás, por calidad, prestaciones y experiencia. Pero los intermitentes problemas físicos en los que ha caído esta temporada, y que le acompañan desde su fichaje por el Valencia en 2019, han variado la hoja de ruta prevista por Bordalás. La irrupción de Giorgi Mamardashvili fue una de las gratas sorpresas del principio de temporada, pero una mala actuación en el Sánchez Pizjuán frente al Sevilla, con tres goles en los primeros 21 minutos, sumergieron al joven guardameta georgiano en un largo ostracismo, a la sombra de Cillessen y Jaume Doménech, que fue la primera opción para la Copa.

Las nuevas lesiones de Cillessen obligaron a escoger una solución a Bordalás, que se decantó de primeras por Jaume Doménech por su mayor veteranía y su influencia en un vestuario en el que siempre suma. Pese a no contar con el beneficio unánime de la grada, Jaume jugó en Liga y Copa hasta que su actuación en la derrota por 3-2 en el Wanda Metropolitano, impulsó a Bordalás a un incómodo giro de timón. Mamardashvili cumplió frente a la Real Sociedad y Athletic Club, y poco se le puede reprochar en la derrota frente al Alavés. Con todo, la primera opción de Bordalás sigue siendo la de Cillessen, pero su regreso no tiene todavía una fecha segura. El pasado sábado, el portero neerlandés dio un paso atrás en su recuperación al tener que someterse a más pruebas médicas.

En definitiva, la alternancia errática y a la fuerza en la portería del Valencia suele ir aparejada a una época de irregularidad deportiva. Así pasó en las últimas temporadas en las que no hubo un titular inamovible. Fue el caso del Valencia de Renan/Guaita/César Sánchez en 2009, o en 2016 con Diego Alves, Jaume Doménech y Matt Ryan.