La defensa de tres centrales con Gabriel Paulista, Mouctar Diakhaby y Omar Alderete es una alternativa más que sólida para recibir al Athletic Club, mañana en Mestalla en la trascendental semifinal en la que el Valencia se juega la suerte de toda la temporada. La alternativa de urgencias desplegada en Son Moix ante el Mallorca surtió efecto, en la victoria por 0-1 que rompió una racha de siete encuentros sin conocer la victoria en LaLiga y el entrenador José Bordalás se plantea seriamente darle continuidad ante el conjunto de Marcelino.

Paulista, Alderete, y en otro término Diakhaby, celebran el triunfo en Son Moix. efe/cati cladera

Varios factores apuntan a ver el 5-3-2 convertido en una solución de continuidad. En primer lugar, el buen rendimiento en Mallorca, con portería a cero y con una sensación de solvente seguridad. A pesar de los múltiples intentos de los bermellones, que contaron con numerosos saques de esquina y faltas laterales, la zaga se mostró muy contundente. Como prueba, si bien el Mallorca disparó mucho (en 23 ocasiones), solo tres fueron entre los palos de Giorgi Mamardashvili. Una circunstancia que hay que atribuir al resolutivo trabajo de los centrales.

El dibujo planteado choca con la referencia táctica del encuentro de San Mamés, con un 4-4-2 con el que el Valencia maniató al Athletic Club y en el que sacó mucho provecho atacante a jugadores específicos, como Bryan Gil, que desbordó con facilidad desde los extremos. El cambio táctico en Son Moix le obligó a jugar más por dentro, perdiendo algo de presencia en ataque ¿Qué haría a Bordalás plantearse el cambio en la pizarra también contra el Athletic Club? Primero, la excelente capacidad del conjunto rojiblanco para colgar balones al área, que requiere reforzar la capacidad por alto del Valencia. Cabe recordar que en el partido de ida disputado en San Mamés, el único gol del Athletic Club llegó en una falta en la esquina del área muy bien botada por Iker Muniain y rematada a gol con un cabezazo por todo un especialista como Raúl García.

Además, la presencia de José Luis Gayà seguía siendo ayer, a menos de 48 horas de cara al partido, bastante incierta. De llegar al encuentro, el capitán va a tener que forzar. Una presumible ausencia resta al Valencia capacidad defensiva en la banda izquierda y sería una razón que obligaría más, si cabe a reforzar en número el centro de la defensa como alternativa. Con los tres centrales listos y la reaparición de Hugo Guillamón (suplente en Palma) como pivote en el centro del campo, la resistencia valencianista aumenta en un partido en el que, tanto como marcar, es igual de importante mantener la portería a cero. La eliminatoria llega igualada, ya sin el factor del valor doble de los goles marcados a domicilio, y tanto por las simetrías del juego de los dos equipos, como por todo lo que está en juego, una final con título y pasaporte europeo, los riesgos que querrán correr Bordalás y Marcelino García Toral serán mínimos.