José Bordalás explotó después del Derbi. Y no le falta razón. El entrenador del Valencia tiene motivos para quejarse del estamento arbitral y la etiqueta de equipo antideportivo que está condicionando los arbitrajes. Sobre todo en los tres últimos meses de competición. La acumulación de errores arbitrales desde febrero alimenta las sospechas. El alicantino no habló de campaña, ni de persecución como empieza a pensar buena parte de la afición en medio de la guerra abierta con la RFEF, pero sí tuvo el valor de denunciar públicamente que hay una «corriente» contra el Valencia.

En el Valencia-Real Sociedad del 6 de febrero, a las puertas de la semifinal de Copa, ordalás no entiende por qué Sánchez Martínez no castiga como penalti el agarrón de Le Normand a Maxi. En el Athletic-Valencia del 10 de febrero, en la ida de la semifinal en San Mamés con Munuera Montero, hay un penalti de libro de Vivian a Hugo Duro, pero no existe falta de Carlos Soler a Muniain en la acción previa al 1-0 y Dani García merece la tarjeta roja por una entrada brutal a Soler. En el Rayo-Valencia del 11 de abril, hay penalti a Paulista por un manotazo de Óscar Valentín que no vio de Burgos Bengoetxea ni el VAR.

En el Valencia-Osasuna del 16 de abril Melero López no señala un penalti claro de Lucas Torró (debió ser expulsado) a Bryan Gil y hay dos goles anulados a Guillamón y Guedes. «Parece que el VAR no funciona a favor del Valencia», dijo Bordalás. José Luis Gayà tampoco se mordió la lengua. El Derbi del sábado es la gota que colma el vaso. Gayà es expulsado de forma inexplicable, pero la queja de Bordalás van más allá. «Ha habido una falta clarísima a Maxi en la jugada previa al córner que nos empataron. Era clarísima. Por no hablar de la segunda amarilla a Son», afirmó.