El Comité de Competición de la RFEF se ensañó con José Luis Gayà, capitán del Valencia, al sancionarlo con un total de cuatro partidos por cuestionar «de forma explícita la imparcialidad y honradez de los árbitros» en sus declaraciones sobre la actuación de Melero López al término del Valencia-Osasuna del pasado 16 de abril. Un severo castigo en virtud del artículo 100 Bis del código disciplinario y que sienta, a todas luces, un agravio comparativo en un hecho reiteradamente habitual en el fútbol, como resulta enjuiciar la labor de un arbitraje en unas declaraciones post-partido. El club de Mestalla recurrirá ante Apelación, en un plazo de diez días hábiles, una sanción que considera injusta.

Gayà encabeza una protesta ante el árbitro. efe

Gayà, que justo ayer cumplía 27 años, manifestó al término de aquel partido que la labor de Melero López era «la tónica que llevamos esta temporada» para referirse a un posible penalti favorable a los blanquinegros y que no fue sancionado: «Le tienen que avisar de un penalti clarísimo. El árbitro lo ha visto y no ha querido pitarlo. Lucharemos contra todo y seguiremos adelante». «El árbitro al descanso nosotros le venimos a decir porque habíamos visto la acción y sabíamos que era penalti y nos dice que si la hubiera pitado que desde el VAR lo hubieran quitado porque no hay ningún contacto y te lo tienes que tragar como pasa siempre, porque si le dices algo como he dicho yo al final del partido te saca la amarilla sin haberle dicho nada, como te he dicho es lo que hay y aquí hacen lo que quieren», concluía Gayà.

El pasado 3 de mayo, el Departamento de Integridad de la RFEF puso estas declaraciones en conocimiento de Competición, que acordó la apertura de un procedimiento disciplinario para estupor del Valencia. La entidad de Mestalla se amparó en «el derecho a la libertad de expresión» de Gayà, garantizado en el ordenamiento jurídico español. No obstante, en su resolución, la jueza de Competición, a pesar de recalcar que el futbolista de Pedreguer «no utiliza un lenguaje malsonante o insultante», concluye que «se dice de modo expreso que el árbitro no quiso pitar un penalti que había visto. Es decir, se asegura que el colegiado deliberadamente dejó de cumplir una de las funciones que tiene encomendadas por la normativa federativa».

Competición sanciona a Gayà por la literalidad de las declaraciones, obviando no solo el contexto en el que son pronunciadas, en la efervescencia emocional de los minutos inmediatamente posteriores al final de un partido, sino obviando los numerosos precedentes de críticas a los árbitros que, tras la denuncia de Integridad, no llegaron a materializarse en sanción.

Iago Aspas y Piqué

Esta misma temporada, tras el Celta-Real Madrid, el capitán celeste Iago Aspas se mofó del arbitraje de González Fuertes después de que anulara un gol al Celta y decretara tres penaltis a favor de los visitantes. «Solo le faltó pitar otro [penalti] para que lo tirase Pablo [el árbitro]. Parecía que buscaba al hat-trick de Benzema», aseguró. No hubo castigo. Un año antes fue Gerard Piqué quien se despachaba a gusto contra el estamento arbitral. En una entrevista con el youtuber DjMario. «El 85% son del Madrid. ¿Cómo no van a pitar a favor del Madrid? Aunque sea inconscientemente, ¿Cómo no van a tirar más de un bando que del otro?», señaló. El Departamento de Integridad denunció las declaraciones, pero a las dos semanas Competición desestimó la sanción. La ejemplaridad solo se ha querido imponer con Gayà.

La polémica añade más leña al fuego de la relación entre el Valencia y la RFEF, tensada desde hace tres temporadas por la negativa frontal de los valencianistas al formato de la Supercopa y que, con motivo de la última final de Copa, se ha recrudecido con mensajes cruzados. La sanción coincide en una semana complicada para Gayà, que ha caído de la convocatoria de la selección, arrastrado por la irregularidad deportiva del proyecto de Peter Lim, y con insistentes rumores sobre un traspaso al no haber sido acordada todavía su ampliación de contrato.