Después de que Quico Catalán salvase su cargo al frente del club, tras el visto bueno del Patronato de la Fundación a su continuidad pese a calificarle con un ‘suspenso’ al balance de su año 21/22, el reto más inminente, al igual que el más prioritario, es el de lograr un entrenador que encabece el proyecto del ascenso a Primera División. El Levante, con Felipe Miñambres a la cabeza, lleva meses analizando el mercado de técnicos, entrevistándose con candidatos y tomándose su tiempo para escoger la mejor decisión. Sin embargo, el paso de los días y el baile de nombres es uno de los motivos por los que, más allá de la incertidumbre, crece el nerviosismo en el entorno, tanto en los aficionados como en los propios futbolistas, que están a la espera de novedades para ver hacia dónde se dirigen sus trayectorias. Sobre todo, por la necesidad de ver cabezas visibles con los que confiar en el retorno a la élite del fútbol español. No obstante, y dentro de los movimientos que se producen en las oficinas del Ciutat de València, hay situaciones que se empiezan a vislumbrar.

Vicente Moreno, tras finalizar su etapa en el Espanyol, es la opción más suculenta y por la que el club más ha movido más ficha, poniéndole sobre la mesa un contrato de dos temporadas. Al valenciano le alaban sus años en Segunda División. En 2019, meses después de subir a LaLiga Smartbank con el Mallorca, elevó a los bermellones a la cima futbolística a nivel nacional. Y en 2021 hizo lo propio con el Espanyol tras aceptar el reto del ascenso, y cumpliéndolo con creces, un año antes. Pese a ello, hay diferencias económicas que imposibilitan un acuerdo, en un proceso de negociación en el que surgió, por ofrecimiento de su representante, Javi Calleja. Nacido en Alcalá de Henares, el ex del Villarreal, con el

Deportivo Alavés como su última experiencia, está en la lista de candidatos de Felipe Miñambres.

En la enumeración de entrenadores, Míchel Sánchez, del Girona, es uno que se fue diluyendo con el paso de los días. La apuesta y confianza por el técnico madrileño, inmerso en la pelea por ascender a Primera División, se plasmó con un contrato de renovación hasta 2024 que alteró los planes granotas. Dentro de los mismos, la figura de Alessio Lisci se mantiene. El italiano, pese al descenso, mostró, desde que se subió procedente del filial, empuje y dedicación. Sin embargo, por sus planes no pasa otra opción que no sea la de continuar entrenando a nivel profesional.