En el primer día de trabajo se produjo el encuentro más esperado en la Ciudad Deportiva. Gennaro Gattuso se vio las caras por vez primera con sus dos capitanes, José Luis Gayà y Carlos Soler, de los que estuvo muy pendiente durante toda la sesión y con los que tuvo la oportunidad de charlar por primera vez desde que aterrizó. El futuro de ambos está en el aire, pero de momento el italiano los ‘mima’ a ambos.

A lo largo del entrenamiento, el preparador transalpino se mostró muy comunicativo con los que son los dos máximos representantes de la plantilla. Les dio instrucciones, les arengó y también les dio cariño en las pausas. Con el fin de la sesión, Gattuso se acercó a ellos para departir sobre el entrenamiento con una actitud muy amistosa. El primer día de trabajo fue largo, intenso y de mucha convivencia, un hecho que facilitó al entrenador conocer las impresiones de sus futbolistas.

«Quiero hablar con Soler, Gayà y Guedes para saber qué quieren. Lim no me ha dicho que haya que vender por fuerza ni necesariamente», aseguró Gattuso en su presentación como entrenador del Valencia. Desde entonces ha hablado con ellos primero por teléfono y ayer ya por fin en persona. La realidad es que más allá de conversar con el técnico, el futuro de los capitanes depende más bien de otros factores. Las renovaciones de ambos están en puntos muy diferentes, teniendo Gayà más opciones de quedarse a pesar de los frías que siguen las negociaciones, pero estando abiertos todos los escenarios.

La distancia entre la oferta del Valencia y las pretensiones del centrocampista es muy grande, no ha habido avances en mucho tiempo y el escenario más probable sigue siendo que se marche este mismo verano si llega una oferta convincente y que ayude a mitigar un poco la delicada situación financiera de la entidad. En el caso de Gayà, el club tiene desde hace meses una contraoferta de su agencia de representación para continuar y su voluntad es seguir llevando el brazalete de capitán, pero el Valencia aún no ha contestado a esta propuesta.

«¡Soler, quédate!»

El ‘10’ del Valencia CF saltó al campo y se fue directamente a la zona en la que más gente había, allí los gritos de «¡Soler, quédate!» fueron constantes. El centrocampista valenciano, a pesar de tener el futuro en el aire y ser complicada su continuidad, no eludió el cariño de la gente y respondió saludando y sonriendo. Por la mañana hubo algo más de un centenar de aficionados congregados y por la tarde el valencianismo dobló la apuesta superando las doscientas personas.