Ayer viernes el Valencia CF recibió la confirmación oficial de lo que era un secreto a voces desde hace días: la Generalitat rechazó el recurso de reposición que había presentado Meriton en contra de la caducidad de la ATE. Este nuevo escenario obliga al club a esperar al nuevo convenio que está redactando el Ayuntamiento. El cual, según han confirmado en más de una ocasión desde este órgano, mantendrá las mismas condiciones que ofrecía la ya extinta ATE. «Lo que hay que hacer es estructurar el convenio, redactarlo y que de una vez por todas se acabe, que eso es un monumento terrible la ciudad», comentaba Joan Ribó hace algo más de una semana. Días más tarde, Sandra Gómez contradecía al alcalde del València afirmando que «hay que diferenciar la obligación del club de acabar el estadio, que lo puede hacer ya, con independencia que el Ayuntamiento decida seguir ayudando a su financiación con el convenio que estamos trabajando». En cualquier caso, según ha podido conocer SUPER, el Valencia a día de hoy incumple varios de esos requisitos que son innegociables para reanudar las obras del nuevo estadio, entre ellos, algunos relativos al aforo del estadio, instalaciones o aparcamiento. Inevitablemente, las condiciones que debe cumplir la entidad para que las grúas vuelvan a la Avenida de las Cortes Valencianas van de la mano con la candidatura para ser sede del Mundial 2030, lo cual también exige una serie de requisitos. Uno de ellos es el de un aforo neto mínimo de 60.000 asientos. Esto significa que debe tener un aforo bruto de entre el 10 y el 15 por ciento más. El Valencia, en su proyecto, tiene contemplados 66.000 asientos brutos. Restándole el porcentaje mencionado, el estadio contaría con 59.400 netos (10 por ciento menos) o 56.100 netos (15 por ciento menos). En ninguno de los dos casos llega a los 60.000 asientos netos exigidos por las autoridades. «La entidad deportiva que tiene la obligación de acabar y poner a disposición el estadio», explicó ayer Borja Sanjuan tras la Junta de Gobierno del consistorio.En el documento firmado por la presidenta LayHoon al que ha tenido acceso este medio el club adquiere como compromiso «disponer de un estadio de 66.000 plazas de espectadores brutos, cuyo neto disponga de al menos 60.000 plazas». Aunque previamente especifica que está «sujeto a la obtención de las correspondientes licencias y/o autorizaciones por las instituciones pertinentes». Es decir, si no obtiene los permisos requeridos, la entidad no puede garantizar que tenga el estadio que las instituciones exigen. Además, a lo largo de los nueve puntos que componen el documento, el club habla de ser sede para el Mundial de 2030 -siempre y cuando la candidatura ibérica termine siendo la elegida- pero no se compromete a reunir las condiciones para albergar unas semifinales o, como mínimo, unos cuartos del torneo, que era el objetivo principal de las autoridades y del club. Este factor afecta de nuevo directamente al aforo, pues la capacidad mínima para ser sede de unas semifinales es de 60.000 asientos, mientras que la de un partido de grupos es de 40.000. «Tiene todo el sentido que València, como una de las principales ciudades de España, albergue una semifinal», comentó Borja Sanjuan.

«Decisión avalada»

Aitana Mas también atendió a los medios de comunicación y explicó que «en la practica no supone nada diferente respecto a lo que ya anunciamos en el mes de julio. No cambia la situación, es una solución avalada jurídicamente que además mantiene los beneficios urbanísticos del Valencia y justificados por el interés general de los valencianos y también en el interés de la ciudad de València»