El Valencia tiene en El Sadar un reto que le puede hacer salir disparado o dejar convaleciente. El equipo de Gennaro Gattuso visita uno de los estadios más complicados de Primera División sin haber sido todavía capaz de ganar a domicilio en un momento de la temporada que, si bien es todavía inicial, tiene que empezar a definir hacia que parte de la tabla clasificatoria quiere mirar y en qué metas enfocarse a pesar de que el italiano sorprendiese a todos señalando los 40 puntos (permanencia) como su primer reto. El vestuario habla de Europa en cada entrevista y para poder soñar con ello ser capaz de sumar victorias lejos de Mestalla se torna imprescindible.

CAMPO

El conjunto blanquinegro quiere dar ya ese paso y el feudo navarro es el lugar perfecto para ello precisamente por la suma dificultad de la empresa. Osasuna es el tercer mejor local del campeonato, solamente se ha dejado tres puntos en su estadio, y vencer a un rival así puede ser el espaldarazo que los valencianistas necesitan para quitarse ya el fantasma de jugar fuera de casa. Perder, por contra, tiene el peligro de generar un efecto contrario al situar al equipo con cero victorias en cuatro salidas en lo que va de temporada. La poca capacidad resolutiva fuera lleva temporadas lastrando mucho al Valencia y su capacidad para luchar por cotas mayores que vagar por tierra de nadie. Este encuentro puede ser puerta grande o enfermería.

A nivel anímico, el vestuario del Valencia afronta este partido con total confianza de que su juego camina por la senda que le llevará a ganar encuentros también lejos de la Avenida de Suecia. Gattuso insistió mucho después del encuentro en Cornellà y lo volvió a hacer en la previa a visitar Pamplona, cree que merecieron ganar al Espanyol y que su equipo jugó con la mentalidad correcta, al igual que en San Mamés. Para el italiano, el de Vallecas es el modelo de partido a evitar para empezar a ser solvente sin su público apretando en las gradas. Con esta idea en la cabeza, el equipo cree que está cerca de romper su maleficio si mantiene su personalidad y es fiel a su manera de jugar durante los 95 minutos que dura el encuentro.

Números de El Sadar

Si CA Osasuna ya es un equipo que acostumbra a sacar el grueso de su puntaje en casa, esta temporada le está llevando a luchar en la zona media-alta de la clasificación. En lo que va de curso suma tres triunfos y solamente ha perdido una vez en El Sadar, siendo el tercer mejor local de la competición con nueve puntos logrados -empatado precisamente con el Valencia CF-. Y es que la afición rojilla promedia un 80 por cien de asistencia a su estadio a pesar de que le han ido tocando de los peores horarios en lo que va de temporada (dos les han tocado a las 14:00 del mediodía y otro un viernes de agosto, en esta jornada le volverá a tocar jugar en uno de los días de la semana que ningún equipo quiere y presumiblemente llenará su estadio de nuevo).

En cambio, los valencianistas llegan al encuentro como el segundo peor visitante de la competición con solamente un punto en su casillero, junto con Almería y Girona y solamente por encima del Elche CF, que ha perdido en todas sus salidas esta campaña.

El Sadar siempre exige la versión competitiva más generosa de cada rival. Estadio, jugadores e hinchada se unen en un solo estado de ánimo que en años de bonanza, como parece que sea esta temporada, convierte a Osasuna en uno de los rivales más difíciles de domar de todo el campeonato. Un campo que testa el estado de madurez de un colectivo. Por ese motivo es el campo perfecto para comprobar la evolución de un Valencia irreverente en Mestalla pero tímido a domicilio. Y es el escenario perfecto para que talentos en formación, pero intermitentes, exhiban su calidad o queden engullidos por la marea rojilla. Es un duelo para Justin Kluivert, probable sustituto en el once inicial del lesionado Samu Castillejo.

Ya son varias las comparecencias de prensa en las que Gennaro Gattuso ha tratado de espolear las virtudes sin continuidad del extremo neerlandés, del que ha dicho que «ha jugado toda su carrera al 50%» y del que ayer advirtió de sus momentos de inspiración mezclados con otros de desconexión. Rino está empeñado en conseguir que Kluivert junior dé un paso adelante en un año clave para su consolidación y abandonar la etiqueta de promesa.

Otra opción, más pragmática, es la de situar a Toni Lato en esa demarcación, por delante de Gayà. A Gattuso está prendado del pundonor del lateral valenciano, un caso asimétrico al de Kluivert, al compensar una menor vistosidad con dosis industriales de compromiso. Además, conoce el Sadar. El resto del once parece claro con el esperado regreso de Yunus Musah, una vez restablecido de sus molestias y esperando seguir con la buena sintonía de los primeros partidos.

Y el Sadar también representará una reválida para Edinson Cavani, en un escenario idóneo para un jugador de sus características, pasionales y cancheras. El valencianismo espera con ansia su estreno goleador.

Gennaro Gattuso tiene puestas grandes esperanzas en Justin Kluivert, probable sustituto hoy del lesionado Castillejo. Rino trata de espolearle para que su innegable talento adquiera más continuidad y dosis de sacrificio. Hoy el Sadar examinará esa progresión.