Sin excusas. Era el partido perfecto para que el Valencia de Gennaro Gattuso diera un paso al frente y pusiera sobre aviso a todos los equipos que luchan por alcanzar puestos europeos. Los chicos de Rino saltaron al césped convencidos de dar un golpe encima de la mesa y durante la primera parte el plan siguió su curso. Sin embargo, el equipo desconectó en el segundo tiempo y se dejó empatar un partido que ganaba por dos goles a uno al descanso tras el doblete de Cavani. Pere Milla, autor del gol que abrió la lata, dibujó el empate a dos definitivo tras el paso por vestuarios.

No tardó demasiado el Valencia en enseñar sus cartas. El primer tiro a puerta llegó en el minuto tres tras una jugada por banda izquierda que, con previo centro de Gayà, concluyó con un disparo manso a la media vuelta de Kluivert. Impuso muy pronto su ley el conjunto valencianista, que dominó el control del balón desde el primer minuto. El plan, según lo previsto: posesión de balón alta y rápida recuperación tras pérdida. Con el paso de los minutos el control se transformó el peligro y la defensa ilicitana notaba el agua al cuello desde bien pronto. El primer aviso serio se lo apuntó Edinson Cavani, que a punto estuvo de 'clavar' su primera flecha en el minuto 20, pero Enzo Roco despejó el cuero antes de que traspasara la línea de gol.

A pesar de la insistencia y las buenas sensaciones, la fortuna cayó del lado franjiverde, que se encontró en el minuto 29 con un penalti a favor en su primera aproximación al área. Mamardashvili no midió bien y 'atropelló' a Pedro Bigas. Desde los once metros, Pere Milla superó a Giorgi a pesar de que el georgiano adivinó sus intenciones. El golpe noqueó al Valencia, que perdió durante unos minutos la superioridad mostrada desde el minuto uno. Y cuando el equipo atravesaba por los momentos más dubitativos, los chicos de Gattuso encontraron su merecido premio, también en forma un penalti fabricado por la sociedad Gayà-Lino, que fueron los mejores del primer tiempo. Esta vez sí, Cavani clavó su primer flechazo en Mestalla. Y una vez abierta la veda, el 'matador' no guardó su arco y se encargó de culminar la remontada antes de encarar el túnel de vestuarios. Almeida colgó un centro medido al punto de penalti y el uruguayo remató directo a la red ante la mala salida de Edgar Badía

Tras el paso de vestuarios el partido sufrió una pérdida sustancial de ritmo de esas que no le gustan nada a Gattuso. El Valencia siguió con más posesión de balón pero ni rastro de la sensación de superioridad mostrada en el primer tiempo. El equipo se desconectó del partido, jugó con fuego y se quemó. La pérdida de intensidad permitió al Elche hilar jugadas de ataque con mayor libertad y en una de sus escasas aproximaciones llegó el empate. De nuevo obra de Pere Milla, esta vez rematando solo de cabeza un buen centro de Carlos Clerc. El castigo aún pudo ser peor, pero la precipitación de Pulido Santana perjudicó al Elche, que había marcado el tercero, obra de Nico Mercau. En cualquier caso, la jugada estaba invalidad por una falta pocos segundos antes a favor de los ilicitanos.

Ni siquiera ese susto despertó al equipo, tampoco los cambios que dieron entrada a Hugo Duro, Ilaix Moriba y Toni Lato. Eso sí, el lateral de La Pobla, esta vez de interior, disfrutó de la más peligrosa del Valencia durante el tramo final. Pero su disparo con pierna izquierda se marchó muy por encima del larguero. Ya en el descuento la inercia llevó al Elche a encerrarse y el Valencia entró en área rival, pero en ninguna ocasión generando peligro real. Pitido final y empate a dos. Un punto y, sobre todo, una oportunidad de oro desaprovechada. El Valencia tenía la opción de igualar en puntos a la zona Champions, pero una segunda mitad para el olvido sepultó todo el buen trabajo completado en la primera. Empate que sabe a poco ante un equipo en un escenario en el que estás 'obligado' a ganar.