El Valencia se salva con otra reivindicación de Diego López (1-1)

Un gol del joven extremo sirvió para lograr un punto muy trabajado. El Valladolid, incapaz de ganar al Getafe, desciende

Joaquin Sanchez entre Javi Guerra y diakhaby

Joaquin Sanchez entre Javi Guerra y diakhaby / Europa Press

Pau Pardo

Se acabó la temporada más angustiosa para el valencianismo en las últimas cuatro décadas. Después de muchos meses viviendo al filo de la navaja, el combinado de Rubén Baraja logró una salvación que permitirá a la afición respirar tranquila. A pesar de cuajar una actuación francamente irregular, el equipo acabó haciendo los deberes y empatando la contienda gracias al gol de Diego López, que volvió a ponerse la capa de héroe para darle la permanencia a su equipo. Es cierto que incluso perdiendo se hubiese mantenido en Primera División porque no se dio la carambola necesaria, pero aún así el equipo sumó un último punto. El encuentro también sirvió para homenajear en su despedida a todo un campeón de Copa del Rey con el Valencia como Joaquín Sánchez, que se fue con lágrimas en los ojos.

El partido no pudo empezar de peor manera para el Valencia, ya que encajó en 55 segundos un gol de Ayoze Pérez que atacó a la perfección la espalda de la defensa después de un envío medido de Juan Miranda desde el costado izquierdo. Trataron de reaccionar los de Rubén Baraja con centros laterales como viene siendo costumbre y empataron a través de André Almeida, pero en posición de fuera de claro juego, por lo que Alberola Rojas anuló el tanto. Los de Baraja jugaban con fuego con la defensa muy adelantada teniendo en cuenta que el Betis trataba de atacar los espacios después de cada recuperación de balón.

La iniciativa era valencianista, pero los acercamientos carecían de demasiado peligro con disparos telegrafiados a las manos de Claudio Bravo. Y es que de hecho la sensación de poder hacer más daño la ofrecía un Betis que veía muchos metros para correr cada vez que levantaba la cabeza por los riesgos que estaba asumiendo el conjunto de MestallaEl hombre que más lo intentaba, no siempre con acierto, pero sí con insistencia era Samu Lino, que estuvo cerca de poner las tablas con un disparo rozando el palo.

No lo lograba el equipo que vivía al filo de la navaja mientras en otros estadios se producían movimientos no demasiado positivos y los de Baraja no cumplían con su parte y se fueron al descanso siendo un manojo de nervios.

El partido se reanudó con una ovación increíble a Joaquín, que lloraba antes de que rodase la pelota. Para llorar, no obstante, fue el desembarco de los valencianistas en el campo, que sabiendo que estaba en su mano era incapaz de doblegar a un equipo que no se jugaba absolutamente nada. La defensa hacía aguas y el gol verdiblanco parecía más cerca que el blanquinegro mientras Manuel Pellegrini retiraba a Joaquín del campo, consumando a la hora de partido la retirada el principal mito del beticismo. 

Penalti anulado al Valencia

Se sucedían los acontecimientos sin parar, ya que tras la reanudación le pitaron y anularon un penalti al Valencia por unas manos de Guido Rodríguez, aunque lo invalidaron por fuera de juego en el inicio de la acción. Los minutos pasaban y al equipo le faltaba claridad ofensiva por todas partes, presentando francas dificultades para generar ventajas. Todo parecía muy negativo y como siempre en el tramo final de temporada apareció uno de los ‘nanos’ al rescate: Diego López con un buen desmarque al área para conectar con el envío preciso de Nico González y definir a la perfección ante Bravo. Tercer tanto del asturiano para liberación del banquillo, aunque todavía quedaba sufrir y mucho.

El Valencia pasó a defenderse como gato panza arriba contra un Betis que buscaba el segundo tanto mientras el equipo se ponía piedras en la mochila con la expulsión de Yunus un minuto después de entrar por una entrada muy fea, además de innecesaria y que daba paso al regreso de Hugo Guillamón tras nueve partidos sin jugar.

El cronómetro se consumía muy lentamente sin ocasiones claras de los andaluces y con el Valencia jugando con fuego mientras en otros estadios había hasta tres partidos a un gol de perjudicar seriamente los intereses valencianistas. El colegiado, no obstante, dio doce minutos, lo que motivó que se supiera antes de acabar que la salvación era una realidad. Los últimos minutos fueron un puro trámite.