La reconstrucción que nadie se cree

Meriton pide «disculpas» por la temporada y afirma que hará un «reset». La afición, harta de palabras, quiere hechos

Lay Hoon, saliendo del hotel Westin.  f calabuig

Lay Hoon, saliendo del hotel Westin. f calabuig / andrés garcía. valència

Andrés García

El Valencia CF solo tiene dos soluciones para evitar el descenso a segunda división a corto-medio plazo. Que Peter Lim venda el club como reclama la afición partido a partido en Mestalla o que el máximo accionista se implique y construya lo más parecido a un proyecto deportivo serio y competitivo. Lamentablemente para la entidad ninguna de las dos opciones tiene visos de convertirse en realidad. La crítica situación del club exige un cambio de 180 grados en la gestión que nadie espera a estas alturas de la ‘era Lim’. El club ha entrado en una espiral de autodestrucción que lo ha dejado sin capacidad económica y deportiva para cambiar las cosas. La pérdida de ingresos por televisión, la falta de inversión y la necesidad de vender futbolistas debilita cada vez más a la plantilla y condena al valencianismo a sufrir. El futuro es de todo menos esperanzador. Por eso el día después de la salvación fue todavía más preocupante que la noche anterior en el Benito Villamarín con un Valencia de València (Layhoon Chan, Kim Koh, Javier Solís y Miguel Ángel Corona) reunido en el Hotel The Westin sin poder de decisión y un Peter Lim pensado más en Cristiano Ronaldo y sus negocios comerciales que en la reconstrucción de su club de fútbol, abandonado a su suerte desde hace bastante tiempo.

¿Y ahora qué? Es la pregunta que se hace todo el valencianismo desde que el equipo certificó la permanencia en la categoría en Sevilla. El club, de momento, no tiene respuestas. Nadie sabe lo que pasa por la cabeza del máximo accionista a diez mil kilómetros de distancia. A día de hoy el Valencia no tiene entrenador, no tiene director deportivo, no tiene una estructura deportiva con profesionales de fútbol contrastados ni una plantilla definida por culpa del elevado número de jugadores cedidos que acaban contrato en menos de un mes. Un verano más, todo está en el aire.

Lo único que hay desde ayer por la tarde es un comunicado del club a sus aficionados pidiendo «disculpas» y asegurando que van a hacer un «reset» para «reconstruir» el club desde el «compromiso» de la dirección del club. «Querida afición: Queremos expresaros nuestro más sincero agradecimiento por vuestro apoyo incondicional al equipo. Nada de esto hubiera sido posible sin vosotros, ni en Mestalla ni fuera de nuestro estadio. Esta temporada ha sido muy dura. Sentimos vuestro dolor y os pedimos disculpas. Vamos a aprender de las duras lecciones de esta temporada. Tendremos que hacer reset y reconstruir nuestro club para los tiempos exigentes que se avecinan tras una mala temporada. Os pedimos, desde la humildad, que nos acompañéis en este viaje hacia un futuro mejor juntos. Os aseguramos que la dirección del club está comprometida en trabajar muy duro para traer alegrías a todos nuestros aficionados y lograr la estabilidad que necesitamos». La afición está harta de las mentiras. No quiere palabras, quiere hechos.