Comunicados para seguir igual

El Valencia CF finalizó el pasado domingo su peor temporada desde el descenso en los años 80. El equipo se salvó de bajar en la última jornada del campeonato, un paso más en la decadencia deportiva, económica e institucional a la que le está llevando la gestión de Peter Lim. Desde que se dinamitó el proyecto ganador del Centenario, que acabó con una clasificación para la Champions y un título de la Copa del Rey, el club ha coleccionado fracasos y debilitado su plantilla de manera sistemática, finalizando todas las temporadas muy lejos del lugar que le corresponde como institución y con un denominador común: prometiendo cambios a final del curso y rogando unión al valencianismo en comunicados que el tiempo ha convertido en papel mojado.

El primero llegó precisamente en aquella fatídica temporada en la que todo saltó por los aires con la marcha de Marcelino García, Pablo Longoria y Mateu Alemany. El equipo, a pesar de hacer un buen papel en Champions, volvió muy mal del parón por el COVID y no se clasificó para Europa. El club puso un mensaje en el que prometió una reflexión acerca de las causas de su fracaso y prometió «mejorar de cara a la próxima temporada» para conseguir el «objetivo de todos», apelando a la unión entidad-afición y finalizó con un «tornarem».

A pesar de no haber cumplido con su palabra, al final de la temporada el club se volvió a emplear en términos similares con otro escrito dirigido a su afición en redes sociales. Nuevamente hablaron de «mejorar» y también volvieron a emplear el término «juntos» para pedir unidad al valencianismo. Ese verano el club fichó a José Bordalás, al que como se demostró posteriormente también engañaron en la planificación deportiva y el mercado de fichajes, un hecho que le llevó a salir por la puerta de atrás a pesar de conseguir jugar una final de Copa, pero nuevamente a la plantilla le faltó oficio para jugar determinados partidos y ser regular para meterse en Europa. Otro entrenador quemado, otra mala clasificación liguera y su consiguiente descenso de los ingresos por no meterse en clasificación continental y por la reducción de los derechos televisivos.

Aquel curso acabó con un vaciado prácticamente integral de Mestalla en protesta contar el máximo accionista y Anil Murthy, unos días después de la publicación de los audios de Superdeporte. El presidente se marchó del club, que aprovechó el comunicado para seguir con la misma estrategia comunicativa a pesar de seguir sin jugar Europa y con la marcha de otro técnico. En ese escrito hablan del «cambio de liderazgo» para «recuperar la credibilidad de los aficionados y la comunidad a fin de posicionar al Valencia CF en la senda hacia el éxito» y nuevamente habló de «trabajar conjuntamente con los aficionados, las autoridades...», volviendo a solicitar unión para lograr el siempre citado «crecimiento».