El Mallorca rescata la versión pobre del Valencia CF (2-1)

Un gol de Larin, previo posible fuera de juego, y otro de Abdón culminan la remontada del cuadro de Arrasate e impide ver al Valencia fuera del descenso

Javi Guerra durante un partido

Javi Guerra durante un partido / LaLiga

Pablo Leiva

La historia interminable en clave Valencia. El partido que muchos aficionados han visto una y otra vez y que seguramente imaginaron cuando Rioja marcó desde los once metros para adelantar a los de Baraja. Con el 0-1, el guión parecía escribir una remontada local para demostrar, por enésima vez, que esta plantilla es incapaz de gestionar los momentos y eso es lo que provoca que en estos momentos esté metido en descenso. Un gol en el descuento de la primera parte obra de Larin, en el que hay un más que probable fuera de juego en el inicio, y otro en el tramo final del segundo tiempo obra de Abdón fueron suficiente para que Arrasate y compañía aseguraran los tres puntos y sigan mirando a Europa. Todo lo contrario que el equipo del Pipo, quien no tuvo su mejor día en Palma desde el banquillo en la gestión de los cambios. Con la derrota, el Valencia mirará desde el sofá lo que hacen Valladolid, Las Palmas, Espanyol y el resto de los implicados en un fin de semana que vuelve a tener mal sabor de boca. La alegría ha durado poco.

El Valencia CF arrancó el partido aprovechando la banda izquierda de Gayà como el gran motor ofensivo del equipo del Pipo. El capitán de Pedreguer se metió muchísimo en campo rival y mostró las intenciones a un Mallorca tímido en el que apenas Robert Navarro parecía ofrecer algo distinto. En una de esas, Gayà encontró espacio suficiente para poner un centro al área y Diego López apareció desde atrás para rematar con la testa pero su disparo se marchó lejos de la portería de Greiff. Era un aviso de las intenciones de un equipo que sin embargo encontró el gol gracias a un regalo de Mojica, muy infantil en una acción dentro del área y en la que, de manera sorprendente, el árbitro no acertó a ver lo que había sucedido. El cafetero, tras un centro de Javi Guerra, sacó el brazo para cortar la trayectoria del balón y Figueroa Vázquez le llamó para que acudiera a la pantalla a ver lo que había sucedido. Con el penalti decretado, Rioja se cito con Greiff en ese cara a cara en el que salió vencedor el andaluz para colocar al cuadro valencianista por delante.

Con el gol a favor, el Valencia cedió algo de protagonismo. Se vio menos a Gayà en campo rival, Hugo Duro prácticamente no aparecía y en el medio a Barrenechea le costaba pedir el balón. Sin embargo, y aún con todo eso, el Mallorca solo logró generar una acción de peligro mínimo con un disparo de Larin tras pase de Darder desde la frontal en una acción que Mamardashvili paró sin muchos problemas. Pero el Valencia, como ha demostrado durante toda la temporada, sufre mucho para mantener resultados y volvió a evidenciarlo en una acción que acabó con gol de Larin en el minuto 47 y once segundos. El árbitro, que primero lo había anulado, dio finalmente gol tras el aviso del VAR.

El segundo tiempo fue el ejemplo de ver pasar minutos y que no pasara nada. De hecho, el Mallorca arrancó la ventana de cambios en el 70 tras la lesión muscular de Robert Navarro y hasta ese momento prácticamente no había sucedido nada. El miedo de uno y otro acabó por generar un ambiente frío. Y en esos escenarios el Valencia siempre suele salir perdiendo. Una contra liderada por Darder, que combinó con Maffeo y volvió a tener el control de balón, acabó con centro del centrocampista directo a la cabeza de un Abdón que acababa de entrar al terreno de juego. Con la defensa valencianista mirando al completo, el ariete hizo el remate más fácil seguramente de su carrera.

Desde el 2-1 de Abdón, el Valencia demostró cuáles son otros de sus grandes males. Baraja se equivocó seguramente en la gestión de los cambios, pero la plantilla que le ha dejado la dirección deportiva es propia de una broma de mal gusto. Dani Gómez volvió a evidenciar que le cuesta un mundo hacer goles y que la profundidad de plantilla del Pipo es muy justita. En el 90 prácticamente, el ariete madrileño tuvo una ocasión muy fácil para un delantero de primera división y su golpeo, medio mordido a bote pronto, no fue ni a palos. Ahí murió un encuentro que recuperó los males del Valencia CF y que dejan claro que, seguramente, lo que pasó ante el Betis fue un espejismo. Tocará sufrir. Y mucho. 

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