La primera leyenda triturada por Meriton

Desde que Peter Lim adquirió la mayoría accionarial del Valencia CF hace 10 años, el banquillo de Mestalla ha sufrido 18 cambios de entrenador, con 13 nombres diferentes siendo uno de ellos el de Voro, habitual comodín de la directiva al que le ha tocado servir de interino en distintas etapas hasta que él mismo dijo ‘basta’. Más de un entrenador al año de media y todos ellos con un final en condiciones similares: ‘triturados’ por Meriton. Un ritmo de ‘volantazos’ que prácticamente ningún club europeo sigue y que es la mejor prueba de la inestabilidad y el nulo proyecto deportivo en el que está atrapado el Valencia CF desde que Meriton tiene el poder. El último en sufrir las consecuencias de la mala praxis de Lim y su directiva ha sido Rubén Baraja, cesado el pasado martes, que además se convierte en la primera leyenda valencianista en ser ‘triturada’ por Meriton.

La marcha del Pipo se entiende que está justificada, pero donde se obsevan las coincidencias con los casos de Gattuso, Javi Gracia o Celades, por ejemplo, es en la principal causa que derivó en esa mala racha de resultados, que no es otra que la gestión de Meriton. Y es que todos los entrenadores de la última década han sufrido el desinterés de Peter Lim en que el Valencia crezca, o por lo menos que no haga lo contrario, así como la inoperancia de la directiva en la confección de la plantilla. Bordalás fue otra víctima, y eso que sus resultados deportivos, sin ser brillantes, le podrían haber valido la continuidad, pero Meriton tenía otros planes y no escapó de la trituradora.

El que contaba con crédito de sobra para continuar era Marcelino, el mejor entrenador de la ‘era Meriton’, amado por la afición y por sus futbolistas del momento, pero que terminó sufriendo el mismo destino que sus predecesores y sucesores. En su caso, por las diferencias suyas y de Mateu Alemany con el grupo singapurense, que quiso marcar territorio.