Colista en la liga de duelos directos

El Valencia CF no le gana a nadie y termina la primera vuelta con partidos ante rivales directos que tampoco se han saldado con triunfos. Y ese es uno de los principales problemas que han convertido la salvación en una misión que ahora parece imposible: de los siete partidos disputados ante los equipos metidos en la pelea por evitar el descenso, el Valencia no ha sido capaz de ganar ninguno.

Por ese motivo el partido contra el Alavés era una final de obligado cumplimiento. Rayo, Las Palmas, Leganés, Getafe, Espanyol, Valladolid… todo eran finales en las que solo valía ganar pero que no terminaron con alegría valencianista ni mucho menos.

Muchos de los resultados, además, fueron de esos que hunden la moral de un equipo por el contexto y las formas, como por ejemplo la derrota ante Las Palmas en Mestalla el pasado 21 de octubre. No tardaron en llegar el segundo y el tercero. Primero con un empate en Coliseum que dolió más por las formas, y es que el Getafe empató en el tiempo de descuento. Y más tarde, ya a principios de diciembre, con otra sonrojante derrota en Mestalla, en esta ocasión ante el Rayo Vallecano en un partido en el que el juego del Valencia dejó mucho que desear.

En menos de dos semanas el conjunto blanquinegro ha protagonizado el peor cierre de año que se podía imaginar.

Así, el balance a estas alturas de la temporada en los duelos directos es de cuatro empates y tres derrotas en siete partidos. Cuatro puntos de 21 posibles que están muy lejos de ser suficientes para salvar la categoría. Y que, por supuesto, son peores registros que todos los rivales directos en sus respectivos duelos.