Doce meses con más sombras que luces

El año natural del Valencia se cierra con el adiós de Rubén Baraja que ni tan siquiera una leyenda como él ha podido soportar y que ha provocado el fichaje de Carlos Corberán. El nuevo técnico valencianista, natural de Cheste, tiene un difícil reto por delante después de ver cómo el Valencia CF está en estos momentos en descenso y necesita de muchos ‘milagros’ de manera consecutiva. En cualquier caso, el año empezó de otra manera. Enero llegó con un triunfo bajo el brazo. Contra el Villarreal y con la sensación de que empezaba algo bonito. Tanto que incluso esa racha de inicios de año dio la sensación de que daba para algo más. No tanto en Copa del Rey donde el Celta se cruzó por el camino y la rotación fue escasa. Febrero fue mostrando la realidad del Valencia CF mientras que marzo llegó con el caso Vinicius y todo lo que arrastró por el camino. Curiosamente esta semana será la primera en la que el brasileño vuelva al feudo del conjunto valencianista.

Abril fue el principio del fin. Ahí se fue observando que la tendencia era negativa y que las voces, demasiado optimistas, que hablaban de Europa, estaban equivocadas. La realidad era otra. En mayo terminó una liga que dejó sin triunfos al cuadro de Baraja en todo ese mes y que, a finales curiosamente, tuvo como punto negativo esa operación de Gayà que provocó que en la Eurocopa que empezaba en junio se perdiera la Eurocopa. La ilusión del capitán que no tuvo premio y que fue un golpe sobre todo después de haberse perdido ya el Mundial de Catar por aquella decisión de Luis Enrique.

En julio llegaron dos noticias en clave Nou Mestalla. Por un lado se confirmaba que el estadio, salvo giro radical en los próximos años, se quedará sin ser sede del Mundial 2030. Y al mismo tiempo el club hacía público que en los próximos seis meses iba a arrancar las obras de nuevo después de que estuviera parado desde la llegada de Meriton. Curiosamente, Layhoon, Peter Lim y compañía se habían comprometido en el proceso de venta a tenerlo antes del año del centenario.

Agosto fue otra prueba más del ridículo que es Meriton como club y de la inoperancia de Miguel Ángel Corona en la dirección deportiva. Sacó pecho por haber mejorado la plantilla, pero la solución, además de no mejorarla, fue vender a Mamardashvili para quedártelo cedido. Es decir, en verano de 2025 se marchará y veremos qué plantilla queda y si está de acuerdo en que es mejor que la que terminó la 2023/24. Por su parte septiembre llegó un ridículo partido en el Metropolitano y la frase de Baraja de «no es nuestra liga». Sí lo era contra Las Palmas en octubre pero ahí tampoco pudo ganar. Cosas que pasan. Ahí se fue poco a poco muriendo un proyecto que pudo tener algo de aliento después de aquel duelo ante el Betis en noviembre. Contra los verdiblancos se vivió un momento especial en memoria de los afectados por la DANA con distintos actos en ese encuentro. Esa es la última victoria en LaLiga. Desde entonces partidos como los del Alavés, Espanyol o Valladolid han aparecido por el camino y Baraja no fue capaz de ganar a ninguno de ellos. Con ese bagaje su proyecto acabó finiquitado en un mes en el que llegó otra Junta de Accionistas de la vergüenza en la que Layhoon dijo cosas sin demasiado sentido. Unos días después Baraja era despedido y en su lugar llegaba Carlos Corberán.