La conexión entre Guerra y Rioja mantiene las constantes vitales del Valencia (2-1)

El '8' de Gilet, abonado a los partidos épicos por la supervivencia, asistió en el primer tanto al sevillano e hizo un golazo a pase del extremo zurdo para noquear al Celta. Los de Corberán se mantienen a cuatro puntos del objetivo, la decimoséptima plaza

Resumen del Valencia CF-Celta

J.M. López

Pascu Calabuig

La sociedad entre Javi Guerra -abonado a la épica por la supervivencia del club en Primera división- y Luis Rioja condujo al Valencia CF a una victoria sobre el Celta de Vigo que permite continuar con vida en la carrera por la salvación. Los pupilos de Carlos Corberán respondieron enérgicamente a la emergencia y sumaron los primeros tres puntos de una serie de dos partidos en casa imprescindibles para que las opciones no se esfumen. Ahora, los valencianos meten en problemas a los vigueses y se quedan a cuatro puntos del objetivo: la decimoséptima plaza.

Al Valencia le costó desperezarse mientras el Celta se adueñaba del control del juego. Antes de alcanzar el cuarto de hora, Borja Iglesias, excanterano de Paterna, mandó un primer aviso para la desesperación de la grada. El ‘9’ coruñés remató contra las redes, una vez que había ganado la espalda de César Tárrega. Minutos más tarde, llegó el momento de la protesta contra Peter Lim. Una acción convertida en ritual, pero que no trasciende más allá de un puñado de segundos.

Llegada la media hora, el conjunto de Corberán sufría, no porque su rival le metiese en problemas, sino por la incapacidad mostrada para generar daños en ataque. El primer disparo de los locales sucedió en el minuto 35: un chut de Diego López contra las piernas de un defensa. El Valencia apenas pisaba el territorio del Celta cuando fue capaz de cambiar su suerte subiendo la línea de presión y la agresividad. Excesiva en el caso de Hugo Duro, que vio como se le anulaba un gol después de empujar a Starfelt. También se pasó de revoluciones en el remate de cabeza alto tras un perfecto centro enroscado desde la derecha de Javi Guerra. Al tercer impulso, los murciélagos no volvieron a fallar. Diego López arrancó el ataque, asistió a la carrera de Guerra y este colocó maravillosamente el balón para la cabalgada por la izquierda de Luis Rioja. El sevillano empalmó hacia la red con el interior del pie izquierdo (m. 43, 1-0).

Los blanquinegros se marcharon a vestuarios con el extra del gol psicológico, aun así, lo agónico de la situación seguía continuaba pesando en el ambiente. Era necesario enfrentarse a los once de enfrente y también a toda la carga de tensión. Giorgi Mamardashvili prefirió despejar una pelota encañonada desde lejos y, en la portería contraria, Vicent Guaita detuvo en dos tiempos un desvío envenenado de Diego López. Un minuto después, el Celta silenció Mestalla con el tanto de Pablo Durán al cruzar un servicio precioso al área de Sergio Carreira (1-1, m. 64).

Todavía quedaba por delante media hora de partido y todos los fantasmas se presentaron en las cabezas de los futbolistas bajo la forma de tantas remontadas padecidas durante la temporada. En el peor momento, sin embargo, el equipo demostró su voluntad de mantenerse en pie. Vivo. Los once apretaron los dientes y el Celta tuvo respuesta tan solo tres minutos después del empate. La conexión entre Rioja y Guerra volvió a dar luz. Desde la derecha, el zurdo atacó el área con la cabeza levantada y sirvió a Guerra, que penetró imperial en el área para teledirigir un obús con la derecha a la escuadra de Guaita (2-1, m. 67).

El contundente golpe de Guerra, el mejor sobre el campo, minó la moral de los celestes. Corberán reforzó la retaguardia dando entrada a Mouctar Diakhaby y montando una línea de cinco hombres. Pese a los ocho minutos de añadido, el Valencia resistió. Resistió para vivir.

Tracking Pixel Contents