Umar Sadiq saca la cabeza del Valencia del descenso

Los jugadores de Carlos Corberán, en un alarde fe, logran empatar el derbi en la recta final con un gol del delantero nigeriano. El equipo dormirá en la decimoséptima plaza

Rafa Mir y Sadiq, celebrando un gol

Rafa Mir y Sadiq, celebrando un gol / La Liga

Pascu Calabuig

València

El diferente ánimo con que los aficionados del Villarreal y el Valencia se presentaron a la cita autonómica de La Cerámica es el reflejo de las gestiones de unos y otros. Mientras un grupo de jóvenes seguidores ‘groguets’ se encaminaba hacia el estadio comentando los ‘pinchazos’ que habían sufrido el Real y el Atlético de Madrid, esperanzados en acercarse a la cima de la Liga, unos pocos metros adelante, una señora ataviada con la bufanda blanquinegra intentaba levantar la moral de su nieto. «No vamos a perder», le decía al niño.

La Cerámica estaba hambrienta de derbi. Tambores de ‘guerra’, veinte mil banderas amarillas y los acordes del himno local recibieron a los dos equipos. Aunque con el pitido del árbitro, las pulsaciones en la grada bajaron durante los primeros minutos, tiempo en el que los amarillos comenzaron pisando campo de los valencianistas, ayer vestidos completamente de negro. El hielo, en cambio, lo rompieron los visitantes con un disparo, desde la frontal, elevado de Luis Rioja, que había recogido un envío en largo sensacional de Pepelu a las espaldas de Sergi Cardona. El excanterano del Submarino probó fortuna poco después con una volea que se marchó desviada.

La función maduró mientras Dani Parejo cogió la batuta acaparando la pelota y limitando los contragolpes de su exequipo, al que capitaneó hacia el título de Copa en 2019. El Valencia, ordenado en sus dominios con el 4-5-1, apenas dejaba espacios. A pesar del planteamiento de Corberán, con paciencia, el Villarreal se abriría paso entre la maraña. Ayoze, gracias a un perfecto gesto técnico logró encararse con Giorgi Mamardashvili, aunque el portero detuvo el chut centrado del tinerfeño. A la siguiente, Rioja pudo apagar el fuego, pero a la tercera nadie fue capaz de detener a la engrasada máquina de Marcelio. La pared entre Yeremy Pino y Pape Gueye la rubricó el centrocampista senegalés con un zurdazo imparable (1-0, m. 32).

Pese al obús del Sumbarino en la línea de flotación, el Valencia se mantuvo en pie hasta el descanso. Resiste, aunque sin el veneno de calidad que se requiere para contrarrestar los golpes de un rival Champions como el amarillo. Un tímido centro chut del siempre guerrero Rioja fue la única réplica antes de que el colegiado, De Burgos Bengoetxea, decretase el final de los primeros 45 minutos.

Los valencianistas regresaron al césped a la búsqueda de un gol que empatase el derbi y redujera completamente la distancia con la salvación. Hugo Duro conectó un cabezazo al larguero antes de que el árbitro lo anulara todo por falta del delantero en el salto. Corberán movió fichas. Iván Jaime y Umar Sadiq entraron en la escena por el André Almeida y por el ‘9’ madrileño. Sin embargo, el guion tardaría en experimentar variaciones. El corazón siguió siendo la mejor arma. Diego Conde y el poderoso Costa neutralizaron las amenazas del Valencia en dos córners.

A la contra, el Submarino no definía un segundo tanto, y la tensión del choque aumentaba con el marcador apretado. Como de costumbre en la Liga, el VAR disfrutó de su momento de gloria. Anuló el 2-0 por fuera de juego de Buchanan. El Valencia seguía y no cesó en el empeño de un empate que terminó cayendo gracias a un servicio en largo de Fran Pérez a Rafa Mir. Conde hizo una parada sobresaliente, pero Sadiq, con la caña lista, mandó el balón a la red de cabeza (1-1, m. 84).

Los movimientos sobre el tablero del entrenador de Cheste, finalmente, resultaron. Con menos talento, pero con más fe, los de Mestalla habían equilibrado las fuerzas. Y quisieron llevarse todo el botín con tal de romper el maleficio como visitantes. No ganan desde abril de 2024 en Pamplona. No fue posible, si bien el punto cosechado confirma la tendencia positiva y deja fuera al equipo de la zona de descenso a expensas de lo que hagan este domingo el Espanyol frente al Athletic.

El joven seguidor del Valencia se fue de La Cerámica feliz. Volvió a casa dándole a razón a su abuela. El Valencia no perdió, saca la cabeza del descenso, aunque sea por una noche, y arruina las cábalas de su afición rival, que se las prometía felices pensando en recortar puntos a los primeros de la Liga antes de comenzar la noche.

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