Valencia CF

Sadiq enmienda sus fallos y saca al Valencia del descenso (2-1)

El nigeriano, que las tuvo de todos los colores en la primera parte, decidió un partido que sus propios errores y el de Mamardashvili habían complicado en la primera mitad

Sadiq enmienda sus fallos y saca al Valencia del descenso.

Sadiq enmienda sus fallos y saca al Valencia del descenso. / Francisco Calabuig

Rafa Jarque

València

Eran tres puntos de máxima urgencia y el Valencia logró salvaguardarlos en Mestalla. No sin antes acelerar en exceso en pulso del valencianismo tras una primera parte con hasta tres ocasiones claras de gol erradas y con fallo garrafal de Mamardashvili que separó al equipo durante muchos minutos de la victoria. El equipo de Corberán no podía fallar, ante el colista, en Mestalla y con la reciente victoria de Alavés. Todo lo que no fuera sumar los tres puntos era sinónimo de derrota, pero la tarde concluyó con final feliz en la capital del Turia, que por primera vez desde hace 19 jornadas ve a su Valencia CF fuera del descenso.

Para el Valencia era una obligación saltar al césped de Mestalla con la intención de mandar, de someter al Valladolid y de ir a por los tres puntos sin especulaciones. Con la lección aprendida, los primeros minutos del partido fueron de un empuje blanquinegro constante, creando peligro por el costado izquierdo con interadas de Gayà y combinaciones rápidas con Diego López y Umar Sadiq. La iniciativa de los de Carlos Corberán, no por ser una obligación iba a dejar de tener su recompensa, y casi a las primeras de cambio, concretamente en el minuto seis, Diego López encontró el camino del gol y puso las cosas un poco más de cara para los locales. Fue, precisamente, en una de esas jugadas por banda izquierda en el que el balón terminó en las botas de Sadiq. El '9' del Valencia, algo trastabillado, perdió el balón, con la fortuna que el rebote dejó a Diego López en un mano a mano con Karl Hein que el asturiano no desaprovechó.

Los jugadores del Valencia celebran el gol contra el Valladolid.

Los jugadores del Valencia celebran el gol contra el Valladolid. / Francisco Calabuig

Lejos de conformarse, el Valencia no levantó el pie del acelerador y empujó en busca del segundo tanto que, de hecho, mereció. El camino hacia el gol estaba claro: las bandas eran una auténtica autopista sin tráfico para Gayà y Foulquier, sobre todo para el de Pedreguer. Una mínima combinación era suficiente para generar peligro, pero el acierto de Umar Sadiq no acompañó. Hasta tres ocasiones claras de gol tuvo el nigeriano. Dos a centro de Gayà y una de Foulquier, pero sus remates, dos con la cabeza y el otro con el pie, salieron mordidos. Todos ellos. Corría el minuto 35 y el marcador perfectamente podría haber mostrado un 3-0, pero la ventaja era mínima.

Como tantas veces ocurre en el fútbol, si no aprovechas tus oportunidades lo acabas pagando, y el Valencia no iba a ser diferente. Y hace más daño todavía cuando lo pagas con un error tan grave como el que cometió Mamardashvili en el gol del empate blanquivioleta. En una jugada ya sin peligro, Mosquera recuperó el balón y retrasó para su guardameta, que en lugar mandar un pelotazo al otro campo, consideró mejor opción jugar, al primer toque, con un Javi Guerra que tenía a Juanmi Latasa pegado a su chepa. El delantero pucelano, que ha marcado dos goles desde que fichó por el Valladolid y han sido en las últimas dos jornadas, leyó el pase a la perfección, recuperó, y batió a Giorgi por bajo. Un golpe durísimo para un Valencia que estaba dominando el partido como quería. Un error que, además, desató pitos en la grada hacia el georgiano. Parte de la grada trató de taparlos con aplausos, pero eran evidentes.

Carlos Corberán da instrucciones a sus jugadores en la banda de Mestalla frente al Valladolid.

Carlos Corberán da instrucciones a sus jugadores en la banda de Mestalla frente al Valladolid. / Francisco Calabuig

El ritmo del partido cayó tras el empate, y el Valencia ya no era tan dominador. Aún así, todavía pudo marcharse al descanso por delante en el marcador, de nuevo con un centro de Gayà desde la izquierda que Rioja cabeceó al fondo de las mallas, pero en posición ligeramente adelantada.

Lo que Sadiq te quita, Sadiq te lo da

Comenzó la segunda mitad con un guion muy parecido en el que el Valencia dominaba el partido, aunque quizá sin tanta sensación de superioridad como en la primera parte. Gayà seguía siendo el principal motor en ataque, desahogando jugadas ofensivas y colgando centros al área que no estaban encontrando rematador. Agotó esa vía hasta la saciedad el conjunto de Corberán, consciente de los frutos que le había dado en los primeros cuarenta y cinco minutos, pero no iba a ser ese el camino correcto hacia el gol. La llave la encontró Enzo Barrenecha, o mejor dicho se la inventó con un pase extraordinario por alto que dejó en una situación muy ventajosa a Umar Sadiq.

El delantero, en la misma línea que en la primera parte, resolvió mal su gran oportunidad, o al menos eso es lo que estaba ocurriendo hasta que el exvalencianista Cenk devolvió el regalo. El turco, que parecía con la posición claramente ganada, falló estrepitosamente y le concedió a Sadiq una segunda oportunidad en la misma jugada. Una segunda oportunidad que, en esta ocasión, el nigeriano no falló, devolviendo así parte de la tranquilidad perdia a Mestalla. Lo que Sadiq te quiza, Sadiq te lo da.

No lo hizo en la primera parte con la primera ventaja, pero en esta segunda ocasión, aunque todavía restaban más de 30 minutos de partido, el Valencia sí dio un paso atrás, o por lo menos dejó de dar uno al frente con el objetivo de correr menos riesgos. Corberán movió el banquillo, sacando a Pepelu, Fran Pérez e Iván Jaime para refrescar al equipo. Le volvía a tocar al Valladolid mover ficha si no quería decir adiós definitivamente a Primera División, pero la realidad es que el Valencia no sufría demasiado. Machís y Sylla provocaban algún susto también propiciado por la corta ventaja en el marcador, pero ni siquiera obligaban a Mamardashvili a esforzarse.

Era o anotar el gol de la tranquilidad o manejar la ventaja en los últimos minutos. El larguero evitó que el cabezazo de Tárrega lograr lo primero, así que el cuadro de Mestalla tuvo que conformarse con aprender a sufrir y conservar un 2-1 peligroso pero válido para sumar los tan necesarios tres puntos. El Valladolid, con poca mordiente en ataque, puso de su parte y el Valencia puede respirar tranquilo con otra victoria en Mestalla, la tercera en los últimos cuatro partidos en casa, la que le permite, 19 jornadas después, salir del descenso y afrontar el tramo final de liga con algo más de moral. 

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