Análisis

Guerra y Rioja Sociedad Ilimitada

El gol del valenciano al Espanyol es el mayor refuerzo al planteamiento táctico de Corberán, que ha potenciado a dos futbolistas que son mejores juntos - Dos de los tres tantos del canterano han llegado a pase del sevillano

Luis Rioja y Javi Guerra celebrando uno de los goles contra el Celta. | J. M. LÓPEZ

Luis Rioja y Javi Guerra celebrando uno de los goles contra el Celta. | J. M. LÓPEZ

València

La llegada de Carlos Corberán al banquillo del Valencia CF ha sido una bendición para la inmensa mayoría de futbolistas, que se han visto beneficiados por la propuesta del equipo y por las modificaciones tácticas que ha ido planteando. Dentro de esta mejoría global, dos jugadores han encontrado un contexto ideal para disparar su rendimiento precisamente por su nuevo desempeño dentro de la estructura de juego, su cercanía dentro del campo, la generación de espacios y las sinergias que han podido construir entre ellos.

Es el caso de Javi Guerra y de Luis Rioja, que han constituido una sociedad sobre el verde que tuvo en el gol de este pasado martes al Espanyol su exposición más evidente, pero que trasciende más allá de los números dando al razón a su técnico.

Antes del partido contra los pericos, Corberán fue preguntado porque ubicaba a Rioja en banda derecha dado que podía limitar su potencial goleador o perder cierta pegada. La respuesta del técnico, siempre didáctico, expuso la utilidad del sevillano a pierna cambiada para mejorar a los jugadores de su entorno y también para contribuir a la mejora colectiva: «Uno decide qué es lo que cree que es lo mejor para el equipo, hay veces que se puede analizar los aportes de los jugadores desde el punto de vista estadístico, pero el aporte en la construcción del juego de un equipo tiene que ver más que eso. El buen hacer de Javi Guerra en algún partido ha tenido que ver con las opciones que le permite Luis conseguir, por darle tiempo para que se incorpore. Quizás si jugara por la derecha un extremo más rápido, mas vertical, tu mediocentro no tendría tiempo a llegar para asistir o finalizar jugada. Jugar con un extremo que te da más tiempo a la jugada permite que el equipo repose más, llegue más junto, evita contras, que no concedas gol, que los jugadores de atrás lleguen juntos al ataque», explicaba el entrenador.

Narró el gol por adelantado

En primer lugar, prácticamente narró un gol el día antes de producirse, porque la conducción de Rioja hacia dentro atrayendo al defensor y generando el espacio que posteriormente atacaría Guerra fue medio gol. La experiencia, la visión y el temple del sevillano maridan a la perfección con la lectura del espacio, la potencia y la arrancada del canterano, que además es determinante cuando se encuentra ante el portero.

Desde la llegada de Corberán, el de Gilet suma tres goles y dos de ellos fueron a pase de Rioja (contra el Espanyol y ante el Celta de Vigo). El ex del Deportivo Alavés, por su parte, ha anotado dos en este periodo y uno de ellos se lo dio el canterano valencianista, también en el encuentro contra el Celta del pasado mes de febrero en Mestalla.

El colmillo del ‘guajín’

En segundo lugar, porque esta sociedad va más allá de los números. En el esquema de Corberán, con Gayà y Rioja en los carriles en fase ofensiva, poblando el centro del campo y con Diego López gozando de mucha libertad arriba, se ha generado el ecosistema táctico ideal para potenciar las virtudes defensivas de Foulquier, la profundidad del jugador de Pedreguer, el colmillo del ‘guajín’ o la capacidad de Guerra para ser diferencial con espacios, con oportunidades para pisar la frontal o con metros para conducir.

En esto último es fundamental la aportación de Luis Rioja, que está constantemente generándole espacios para correr, tanto proyectándole por la derecha arrastrando al lateral como estirando hacia la línea de cal para que el valenciano se ofrezca por esos pasillos interiores.

Los dos futbolistas son clave para el entrenador y piezas fundamentales de su propuesta. Tanto es así que Rioja ha sido titular en 14 de los 16 partidos que ha estado Corberán en el banquillo ( y solamente en uno de ellos ha estado por debajo de los 70 minutos de juego). Guerra, por su parte, ha sido titular en todos ellos (y ha jugado más de 60 minutos también en todos), gozando de un cartel de indiscutible que ha contribuido también en que recupere la confianza y su mejor nivel de juego.

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