Licencia para mirar a Europa

Victoria tan merecida como agónica la del Valencia CF en el Estadio Gran Canaria. Gracias al doblete de Hugo Duro, que alcanza la decena, y un autogol de Álex Suárez, el conjunto de Carlos Corberán suma 42 puntos y logra la salvación virtual. El descenso se ha convertido en un imposible, merced al excelente papel del equipo de Carlos Corberán, que encadena nueve partidos sin conocer la derrota. Un rendimiento en la segunda vuelta de la Liga que permite dormir a dos puntos de la plaza de Conference League, la octava, a falta de que entre hoy y mañana jueguen sus partidos la Real Sociedad y el Mallorca.

Los blanquinegros entraron al Estadio Gran Canaria con la lección aprendida. Con la intensidad y la personalidad requeridas por el entrenador, Carlos Corberán, durante la semana de trabajo en Paterna. Y el plan de Diego Martínez fue desactivado. El Valencia le robó el balón y el territorio a la UD Las Palmas. Rafa Mir, titular por sorpresa, dio los primeros avisos. El más peligroso, un remate semifallo que repelió a la esquina el portero croata Dinko Horkas.

Con más determinación y posesión, los valencianos se hicieron los amos del partido. El gol era una cuestión de tiempo y no tardó en caer. En el minuto 22, un balón en largo de Pepelu, sustituto en la medular del tocado Enzo Barrenechea, lo controló José Gayà para mandarlo al áera. Allí lo recogió Luis Rioja, cuyo centro lo despejó uno de los centrales amarillos. La lucha por la pelota de Mir derivó en que esta fuese a la bota de Hugo Duro. El olfato del madrileño tuvo el premio de adelantar justamente al Valencia (0-1, m. 22).

La hiperactividad de los visitantes se redujo con ventaja en el marcador. La línea ofensiva de Las Palmas subió varios metros, aunque el orden defensivo liderado por Mouctar Diakhaby y Gayà selló cualquier posible grieta. El Valencia tenía apagadas las luces del mejor jugador local, Alberto Moleiro. Sin espacios entre las líneas del medio campo y la defensa, Las Palmas echó de menos en cada jugada al tinerfeño y, sin él, se le fundieron los plomos por completo.

A la primera parte del Valencia, sin embargo, tan solo le faltó rematar la faena. A los 40 minutos, Rafa Mir volvió a tenerla, pero volvió también a desperdiciar la ocasión. El derechazo del murciano salió por arriba de la portería. Poco después, ya con los 45’ cumplidos, el conjunto ‘pio-pío’ se encontró con la recompensa que no había merecido. De Burgos Bengoetxea señaló un penalti por unas manos de las que tantas veces no se pitan. La pelota le cayó en el brazo al asturiano mientras estaba de espaldas defendiendo un córner que Viti se había sacado de la nada. Sandro engañó de disparo raso y por abajo a Mamrdashvili (1-1, mm. 47).

El impulso de Sadiq

Después del descanso, el equipo de Corberán regresó al césped del Gran Canaria con la misma seriedad de la primera parte. Diakhaby estaba brillando y un envío en largo se convirtió en el origen del segundo gol valencianista. Diego López corrió con fe a por la pelota y, antes de que esta cruzara la línea de fondo, consiguió poner un centro al área que desvió un jugador local evenenándolo para los intereses de su equipo. Hugo Duro fue hacia el balón como un avión para llegar antes que el central, Álex Suárez, y mandar el balón a la red (1-2, m. 58). Es el décimo gol en la Liga del ‘9’ blanquinegro.

Nuevamente por delante, el Valencia se sentía dominador. Y a los 75 minutos pudo dar el golpe definitivo. La aparición de Umar Sadiq alimentó de argumentos el ataque y los frutos cayeron con el tercero. Un robo del nigeriano en el centro del campo, por el que los grancanarios pidieron manos, empezó la ofensiva que terminó con un centro de Diego López y el autogol de Álex Suárez (1-3, m. 75).

No obstante, cuando todo parecía bajo control, la Unión Deportiva se resistió a morir y trajo el suspense al duelo con un tanto de McBurnie rematando en plancha con la cabeza (2-3, m. 83). De ahí al final, el Valencia vivió momentos de sufrimiento, sobre todo, con el excesivo alargue decretado por el colegiado, nueve minutos. Corberán cerró la zaga con la entrada de Yarek, quien ayudó como pudo en una victoria «vital» para el equipo. n