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Agirrezabala y Santamaría levantan al Valencia CF

El paso por los vestuarios y la expulsión de Vivian dieron impulso a un equipo que firmó una primera parte horrible. El portero aguantó a los blanquinegros en el primer tiempo y el centrocampista forzó la roja, anotó el 1-0 y asistió en el 2-0

Pascu Calabuig

València

La pelota, prácticamente, echó a rodar en un clima discotequero impropio de la seriedad de un clásico de la dimensión del Valencia CF - Athletic Club. Un ambiente sin memoria sobre lo sucedido hace siete días en el Johan Cruyff, la tercera goleada humillante del Barcelona (6-0) en lo que va de año. Entre la música retumbante se hizo un hueco el himno regional, interpretado por Francisco, y un merecido homenaje a Jaume Domènech. El portero, retirado de la profesión recientemente, recibió el calor de sus hijos y de los aplausos de todos los aficionados.

Con ese clima previo, más acorde a un festival que a la exigencia de un grande e histórico como el Valencia, el Athletic se erigió en amo y señor del partido durante el primer cuarto de hora. Oihan Sancet envió el primer aviso con un disparo dentro del área que, rebotado, obligó a Julen Agirrezabala a estirarse para abortar el peligro. No fue hasta pasados diez minutos cuando la mayoría de asistentes aterrizaron sobre la dura realidad. La grada comenzó a impacientarse mientras veía a los suyos incapaces de hilvanar tres o cuatro pases.

La posesión del esférico y el dominio de los espacios eran por completo de los leones. Mientras tanto, Carlos Corberán se desesperaba reclamando a sus futbolistas mucha más intensidad en la presión y en la búsqueda del campo contrario. Entre tanto, el duelo alcanzó el minuto 19. Como de costumbre, los cánticos contra el máximo accionista, Peter Lim, apenas se prolongaron durante 30 segundos.

El Valencia CF - Athletic Club jugado en Mestalla, en imágenes

El Valencia CF - Athletic Club / F. Calabuig

Desesperación en la grada y un equipo atenazado

En la grada la desesperación crecía mientras el público comprobaba como su equipo estaba atenazado. Sancet, centrocampista llegador, volvió a disponer de una oportunidad de gol. Julen colocó las manoplas para evitarlo. Antes, Robert Navarro había errado un control clave en una incursión en el área que le hubiese dejado mano a mano con Agirrezabala.

El portero de Errenteria, discutido en los primeros asaltos de la Liga, esta vez fue el mejor de los valencianistas, al menos, en la primera mitad. Dormido, agazapado, los locales no pisaron en área de Unai Simón hasta la media hora. Guerra aprovechó un fallo en la entrega de los bilbaínos para cabalgar metros y metros, aunque en el momento de definir se entretuvo dando tiempo para la reacción de los defensas. La acción terminó con un contragolpe hacia la otra portería, donde Julen fue de nuevo salvador, esta vez, ante Iñaki Williams.

El estado de ansiedad es tal que Mestalla, otrora poseedor de uno de los paladares más exigentes de la Liga, rompió a aplaudir con fuerza a los 34 minutos. ¿El motivo? El primer saque de esquina obtenido por los suyos. El Valencia amagó con despertar, pero el que la tuvo otra vez fue Sancet. Así, la primera parte terminó con pitada para el Valencia.

Charla y 15 minutos reparadores

Sin embargo, los quince minutos del descanso le sentaron al Valencia mucho mejor que todos los que se habían jugado hasta entonces. Corberán logró activar al equipo como no lo había hecho antes del choque. La prueba de ello se manifestó con el primer remate. Un cabezazo de Dimitri Foulquier en un córner que se marchó por arriba de la meta vasca.

Esa, sin embargo, no fue la única muestra de que el Valencia quería ser otro. Poco después, un gesto de talento de Arnaut Danjuma, desaparecido hasta entonces, permitió al neerlandés conectar con Diego López y hacer sudar por vez primera al Athletic corriendo hacia atrás. La jugada concluyó en las manos del portero de la Selección, pero el guion estaba cambiando.

El Valencia CF - Athletic Club de Mestalla, en imágenes

El Valencia CF - Athletic Club de Mestalla / Francisco Calabuig

La expulsión y giro de guion

A punto de cumplirse la hora de juego, sucedió un giro aún más radical del guion. El impulso necesario para un Valencia que estaba siendo superado por unos leones, eso sí, sin las garras para que los daños fuesen reales. El árbitro Miguel Ángel Ortiz rectificó su decisión inicial y convirtió en roja la amarilla a Vivian. El central había derribado a Baptiste Santamaría después de que este le recortase para irse solo cara a cara con Unai.

El Athletic había desaprovechado todo lo que tuvo hasta ese momento y, a la postre, lo pagó. El entrenador valencianista acertó moviendo las piezas de su banquillo. Primero entró Ramazani y, más tarde, la pólvora aumentó con dos nueves: Hugo Duro y Lucas Beltrán. Por acumulación y superioridad, el Valencia encontró recompensa en un saque de esquina. En concreto, Baptiste. El francés se levantó en la segunda mitad de unos grises primeros 45 minutos. El servicio de Guerra desde el lado lo cabeceó atacando el primer para regalar tres puntos sumamente valiosos al conjunto de Mestalla (1-0, m. 73).

Hugo Duro sentencia

En la recta final, antes de que el colegiado diese ocho minutos de añadido, Javi Guerra pudo firmar la sentencia. Solo una magnífica estirada de Simón lo evitó. La puntilla, eso sí, caería a los 93 minutos. Una buena combinación entre Ramazazni y Santamaría la embocó a gol Hugo Duro (2-0).

Para pocos alardes, por lo menos, los de Corberán supieron nadar y guardar la ropa. Una 'mochila' de puntos necesarios tras el desastre de Barcelona que hasta la expulsión de Vivian pocos creían que podía quedarse en casa. Dos hombres supieron levantarse para que así fuese: el portero Agirrezabala y el goleador y asistente, Baptiste Santamaría.

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