Saltar al contenido principalSaltar al pie de página

Valencia CF

Ron Gourlay: Cien días de 'impulso' hacia ninguna parte

Este 15 de octubre cumple un centenario convulso, marcado por las enormes dificultades deportivas, un mercado de fichajes insuficiente, un discurso mimetizado con el de los últimos años de Meriton Holdings y las renovaciones de tres canteranos como único éxito por el momento

Ron Gourlay, en Paterna

Ron Gourlay, en Paterna / F. Calabuig

Valencia

Cien días. Es el tiempo que lleva Ron Gourlay en la ciudad de Valencia ejerciendo como ‘CEO de Fútbol’. 39 días después de ser nombrado al abrigo de ambiciosas promesas plasmadas en un comunicado que no está envejeciendo precisamente como el buen vino. El escocés cumple este 15 de octubre un centenario convulso, marcado por las enormes dificultades deportivas, un mercado de fichajes insuficiente, un discurso mimetizado con el de los últimos años de Meriton Holdings y las renovaciones de tres canteranos como único éxito por el momento.

Su llegada fue tratada desde el club como un movimiento clave para dejar atrás los años de penumbra en el que el objetivo del Valencia CF ha sido el de no descender a Segunda División, ya que iba a ser una pieza capital del modelo de gestión “moderno y enfocado en los resultados” de Kiat Lim en la presidencia.

Sin resultados

Un mercado de fichajes más tarde, ni rastro todavía de los resultados: este Valencia ha sumado el segundo peor arranque de temporada del Siglo XXI, solamente por detrás del que firmó la temporada pasada. Lleva solamente ocho puntos en ocho partidos y viene de perder frente a Oviedo y Girona, dos de los peores equipos del campeonato.

Sin soluciones desde el mercado

Precisamente el propio Ron recalcó que la mayoría del tiempo que ha estado en el Valencia CF lo ha hecho en el mercado de fichajes. Un trabajo que, de momento, se muestra verdaderamente insuficiente. El equipo ha empeorado con creces su columna vertebral con las salidas de Christian Mosquera y Enzo Barrenechea, además de debilitar la rotación del eje de la defensa –salió Yarek Gasiorowski- y del ‘9’, con la no-llegada de un ariete del perfil de Umar Sadiq. De momento solo Julen y Danjuma están aportando acorde a lo esperado.

Mismo discurso, distinta cara

Por lo que se refiere al discurso, Gourlay se ha ceñido al libro de estilo de Meriton, repitiendo conceptos que el valencianismo está harto de escuchar. Rehuyendo de ponerle objetivos deportivos al equipo, pidiendo “paciencia” a los aficionados y amparándose en el “largo plazo”, como todos sus predecesores, para justificar la ausencia de éxito en la actualidad.

Ron Gourlay se ajusta los botones de la chaqueta en la sala de prensa de Paterna el pasado lunes

Ron Gourlay se ajusta los botones de la chaqueta en la sala de prensa de Paterna el pasado lunes / Francisco Calabuig

Es cierto, eso sí, que Gourlay salió a hablar en un momento de crisis, algo que el Valencia CF no acostumbraba a hacer a nivel institucional –donde el silencio es lo más habitual-, aunque luego su discurso no fuese demasiado convincente.

Las renovaciones, su único éxito

La columna del ‘debe’ de Ron Gourlay está llena de cosas, pero en el ‘haber’ están las renovaciones de Diego López, César Tárrega y Javi Guerra. Eran tres de las cuatro más importantes (junto con la de Mosquera) y el Valencia CF acabó abordándolas con éxito desde la llegada de Gourlay a la ciudad.

Tracking Pixel Contents