L. B. B., Valencia El Ayuntamiento de Valencia cumula ya un retraso de dos meses en la entrega a la Síndica de Greuges de toda la documentación relativa a la mortandad de peces que se registró en el tramo final del viejo cauce del Turia, en el barrio de Natzaret, el 25 de mayo. Así consta en un escrito que la Síndica, Emilia Caballero, ha dirigido a la Associació de Veïns i Veïnes de Natzaret que presentó una queja. El pasado 7 de agosto, Caballero remitía a los vecinos de este barrio un escrito en el que les comunicaba que «en relación con la queja que tiene planteada ante esta institución y, ante la tardanza en recibir el informe solicitado a la administración interviniente, hemos vuelto a pedir que nos sea remitido urgentemente» . Los vecinos denuncian que la última mortandad «no es un hecho aislado. Se repite desde hace años pero, a pesar de las denuncias de la asociación, ninguna administración da solución a este problema» . Y añaden, en el escrito a la Síndica, que «las mortandades masivas de peces se producen con fuertes tormentas, cuando se acumula mucha agua en poco tiempo y una parte acaba en el viejo cauce. Los colectores de pluviales acumulan lodo y materia orgánica que sólo se movilizan cuando llueve con gran intensidad. La falta de oxígeno que provoca la muerte de los peces también la causa la escasa renovación de las aguas a las que contribuye una barrera flotante colocada por la Autoridad Portuaria». Estos hechos, según Julio Moltó, vicepresidente de la entidad vecinal, «vulneran el convenio firmado por ambas administraciones el 19 de mayo de 1986 por el que se comprometían a mantener en buenas condiciones el viejo cauce y a evitar su contaminación» . En este acuerdo, que permitió ampliar el puerto y arrasar la playa de Natzaret, «se asumía la servidumbre de la desembocadura del viejo cauce del Túria en las instalaciones portuarias» .