Los valencianos tenemos bastante olvidado a un personaje singular, Jesús Alonso Sentandreu, burgalés nacido en la localidad de Bureba hace ahora noventa y ocho años, y que falleció en Valencia hace menos de un lustro, ya nonagenario. Su presencia y actividad en esta tierra se asemeja a otros personajes nacidos en el Norte y en las proximidades del Cantábrico, pero que en Valencia hicieron su vida y desplegaron una actividad literaria; nos referimos a hombres como el notario Enrique Taulet Rodríguez Lueso, que aquí ejerció como un valenciano más y que dejó su herencia literaria con los tres tomos de sus crónicas tituladas "De martes a martes" y publicadas en estas mismas páginas; o el asturiano Maximiliano Thous Orts, que escribió la letra del himno de la Exposición y que se ha convertido en el regional valenciano; así como otro astur, Sabino Alonso Fueyo, profesor universitario que dirigió Levante durante varios años.

Algo tuvo Valencia para todos ellos, pues sus capacidades profesionales y literarias vinieron aquí a desarrollarlas. En cuanto al personaje que evocamos hoy, Jesús Alonso Sentandreu, tuvo en su vida un itinerario curioso, que terminó muy pronto en esta ciudad... Estuvo un tiempo juvenil en la provincia de Albacete, pasó después a Alcoi -la verdad es que su madre era valenciana-, y en el primer año de la década de los años treinta ingresó en el Magisterio. Y en la docencia permaneció -alternando con las colaboraciones periodísticas y literarias- hasta 1939, en que fue depurado y permaneció un tiempo apartado de las aulas. Volvió poco años después a su puesto en el Magisterio español, y hasta alcanzó el premio Raquel Payá.

Todos estos datos pueden comprobarse en el libro que se editó poco antes de su fallecimiento, en 2004, y en el que se recoge nada menos que un centenar y pico de sus numerosos artículos publicados en las más diversas revistas y periódicos: Valencia Atracción, Gaceta de Levante -en los años veinte-, Semana Gráfica, Valencia Fruits, Valencia Agraria, Valencia Cultural, Senyera (de México), Ciudad (de Alcoi), Hoja del Lunes, Cuadernos para el diálogo, Archival, Valencia Escolar, Diario 16, Levante-EMV y otros diarios locales que aparecieron en esos largos años.

Pero dos aspectos son reseñables en el resumen de este libro -titulado Valencia: elogio, censura y defensa, y que prologó José Manuel Jirones-, y son los siguientes: un burgalés enamorado de la tierra de su madre canta una larga serie de aspectos valencianos; así, por encima, podemos señalar los párrafos dedicados a numerosos rincones y localidades de esta región: Guadalest y su castillo, la leprosería de Fontilles, la Font Roja de Alcoi, Bétera, el Algar, Quatretonda y Quatretondeta, Santo Espíritu, Llutxent, Vilavella de Nules, Tabarca, Altea, y otros muchos parajes. Así como dedicó numerosos artículos, recogidos en esta colección, a personajes valencianos, algunos todavía vivientes cuando aparecieron los textos de Alonso Sentandreu -Vicente Andrés Estellés, Almela Vives, Joan Fuster, Vicente Verdú, Aguilera Cerni-, y otros personajes históricos valencianos o relacionados con este tierra, como el Cid Campeador, Vicente Blasco Ibáñez, Héroe Romeu, Ausias March, Antonio Machado -recordando que éste se vino a Valencia en 1936-, Pérez Pujol, Luis Vives, Cavanilles, Francesc de Vinatea, el padre Jofré, San Vicente Mártir y otros más. Así como cantó en varios artículos a instituciones y rincones de Valencia: las Escuelas de Artesanos, el Jardín Botánico, la horchata de chufa, los jardines de Monforte...

Pero todo ello, si bien lo escribió encantado con esta su segunda tierra, no fue solamente cantos y elogios, sino que sus párrafos están cargados de críticas con lo que no estaba de acuerdo. Y no es solamente la recopilación de textos muy antiguos, sino que casi pertenecen por las fechas señaladas al pie de cada artículo que escribió hasta última hora.

El otro aspecto a significar en esta recopilación es que aparece una decena de textos en los que, al pie, dice abiertamente que "no fue publicado", "fue censurado", o "fue recortado y tergiversado". Total: censura antes, durante y después. Pero ahí está la figura histórica de Jesús Alonso Sentandreu, que fue distinguido con el título de hijo adoptivo de Quatretonda, miembro de honor de la Academia de Doctores y Licenciados en Ciencias de la Información y miembro de diversas entidades como la ya citada Escuela de Artesanos, Centro Excursionista,, Agrupación Fotográfica, Ateneo Mercantil... Un ser inolvidable y tal vez irrepetible.