Ahora sí; el Sr Grau promete una gran pradera donde hoy reina la desidia. Ahora van a respetar lo que llevan cuatro años despreciando en la Sección 7ª Derecha, donde permanece como rehén la Memoria colectiva de los valencianos en espera de la decisión del Tribunal Constitucional, como si por adecentar esos lugares fuera a enfadarse alguien.

Rita se hubiera ahorrado disgustos si en vez de querer sepultarla bajo toneladas de hormigón, como hizo con otras tres fosas comunes, hubiera hecho antes esa gran pradera, como en la Sección 11, donde otras familias pueden honrar la memoria de sus difuntos en un plácido jardín, tan plácido que no parece de este cementerio.

En la Sección 11 no hubo represaliados republicanos. Eso explica la diferencia de trato con las otras seis fosas donde miles de personas desaparecieron para la Historia bajo el hormigón de Rita; todos, valencianos humildes y fusilados republicanos, fueron de nuevo igualados aplastando sus lápidas, su Memoria y sus nombres bajo la apisonadora del Ladrillo.

Sólo cuando falle el Tribunal, Rita dejará hacer la Gran Pradera en la 7ª Derecha, pero como no podía ser de otra manera, con trampa: allí quieren plantar el monolito de la mentira, ese que tienen hecho ya tres años, roto y vuelto a recomponer en los almacenes y que hasta la fecha no se atreven a plantar.

No saben tratar la Historia y la Memoria sin hacer trampas; se desquitan camuflando un nuevo homenaje a los sublevados con un mojón dedicado a víctimas y verdugos, aumentando la cuota de honores al franquismo en lugares donde sólo sus víctimas comparten destino con indigentes, gentes humildes sin etiqueta política y algún exponente cultural. En la 7ª Derecha, ahora, van a limpiar la inmundicia y a plantar un obelisco «a todas las víctimas de la guerra civil».

Aquí no estamos hablando de guerras. Se trata de gente asesinada en la Paz de Franco, cuando en España la única guerra la mantenía un Poder dictatorial contra su población indefensa. Planten su monolito en otro lugar donde no resulte infame; lo tienen muy cerca. Además, Sr Grau, en este recinto donde Vds dicen que «no hay nadie ilustre» se encuentra el Pueblo Valenciano, ese que olvidan Vds con su monolito. Los humildes también necesitan un lugar con unos nombres donde depositar flores en paz; dejen Vds su guerra civil aparte.

Les propongo una alternativa al monolito de la falsedad: comenzando por la del Cementerio Civil, donde siguen estando todos, y siguiendo en todas las fosas, poner estrictamente los nombres de quienes allí estuvieron, sus edades y las causas de su fallecimiento. Que juzgue cada cual cuando lea: muerto por «estallido de la bóveda craneal», «shock traumático», «asfixia por suspensión», «caquexia» (hambre), «fractura de la base del cráneo», «hemorragia interna» en el gran Muro de la Memoria de todos sin distinción. Y que el Pueblo juzgue. Seguro que muchas conciencias resistirán la lectura; otras, seguramente no.