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Un pavoroso incendio destruyó ayer una planta y parte del tejado de uno de los edificios expropiados por la Conselleria de Cultura para la ampliación del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM). Todo indica que la causa pudo ser un cortocircuito provocado por las personas que se refugian en su interior, un problema que los vecinos atribuyen a la tardanza de las administraciones en resolver el futuro de estos bloques y el abandono de los mismos. Según fuentes oficiales, las casas no pueden ser derribadas todavía por problemas burocráticos entre la Conselleria, la Diputación y el Ayuntamiento.

El incendio se originó sobre las 11,30 horas en la buhardilla del número 15 de la calle Beneficencia. A esa hora la propietaria del edificio colindante, Laura Carbonell, avisó a los bomberos del humo que salía por las ventanas y cuando estos llegaron las llamas ya sobrepasaban el tejado y amenazaban con extenderse por toda la manzana.

Sólo la rápida intervención de seis dotaciones municipales permitió controlar el fuego hasta en dos ocasiones, pues cuando ya se creía extinguido se reanudó con más intensidad y provocó el desplome de parte de la techumbre. Hasta las seis de la tarde se estuvo refrescando el amasijo de maderas, escayola y cañizo en que se convirtió la buhardilla.

Un cortocircuito

La primera hipótesis barajada por los técnicos es que el fuego se produjo por un cortocircuito, probablemente en una de las conexiones ilegales que las personas que se refugian dentro del edificio hacen en la red general. "Esa es una instalación vieja y ahí enganchan televisiones y hasta neveras", dijeron las fuentes consultadas. No había ningún otro foco de incendio que permitiera barajar una hipótesis distinta.

Apagado el fuego, los técnicos pusieron en marcha una evaluación de los daños para ver si existe amenaza de ruina, aunque todo indica que no es así. Lo que si se ordenó de inmediato fue volver a tapiar la entrada, derribada por los bomberos, e incluso las ventanas de los primeros pisos, pues hace aproximadamente un mes ya fueron desalojadas 102 personas de tres de estos patios, incluido el incendiado, y poco después volvió a entrar gente.

"Ahora los que viene a dormir por las noches son los yonkis del Carmen", cuentan los vecinos, quienes los han visto en más de una ocasión usar las vallas de obra a modo de escalera para acceder por las ventanas superiores. "Es una vergüenza que eso lo hayan expropiado y lo tengan abandonado. Mientras no derriben las casas no se resolverá el problema" vaticinaron.

Líos burocráticos impiden el derribo

El edificio incendiado ayer forma parte del grupo de casas expropiada por la Conselleria de Cultura para ampliar el IVAM, pero la falta de presupuesto impide acometer el proyecto y problemas burocráticos dificultan incluso el derribo de estos bloques. Según fuentes de la Conselleria de Cultura, uno de los terrenos que se necesitan para la ampliación del IVAM es propiedad de la Diputación Provincial y su entrega a la Generalitat depende de una permuta que no se ha resuelto. En estas condiciones, la conselleria no puede cerrar el proyecto y pedir la licencia de derribos al Ayuntamiento, pues la normativa municipal dice que para tirar una casa hay que especificar previamente lo que se quiere hacer en el solar que queda libre. Cuando todo esto se resuelva, el derribo será inminente, dijeron las fuentes, aunque luego el proyecto final quede pendiente.