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Las comisiones falleras empezaron a incluir hace algunos años en sus armarios una pieza de vestuario que ya se se ha convertido en un tercer equipaje, junto a la indumentaria tradicional y el blusón: la chaqueta de forro polar. Los hay rojos, naranjas, azules, verdes, o negros entre otros colores y llevan en el pecho la insignia de la falla y habitualmente en la espalda el nombre propio, como si de un equipo de fútbol se tratara.

"Nosotros lo llevamos desde hace seis años", comenta Inma García de la falla Puebla de Valverde, quien señala que "así nos distinguimos mejor, sobre todo a los niños que los tenemos más controlados"."Elegimos el azul por votación, además contrasta mejor con el pañuelo naranja que llevamos", explica. En las gradas dispuestas para la "mascletà" un grupo de personas vestidas de rojo esperan desde las 12 horas a que comience el espectáculo. Son miembros de la falla Virgen de los Desamparados de Paterna. Como explica su presidente, Jose Cañada, " hay actos en los que no nos ponemos los trajes ni los vestidos. Con esta chaqueta nos podemos identificar y como estamos juntos muchas noches nos abriga contra el frío".

En Gayano-Lluch, optan por un color más llamativo: el naranja. Paula Gómez explica sobre esta prenda que "si se ensucia no pasa nada". "Cuantos más agujeros lleves por los petardos más fallera eres", bromea. "El blusón lo lleva mucha gente aunque no pertenezcan a ninguna falla. Con esto nos identificamos."