La estatua ecuestre de Franco, obra del escultor José Capuz y emblema de Valencia durante la dictadura, duerme ya en un almacén de la base de Bétera, metida en una caja metálica y fuera de la vista de la gente, como manda la Ley de la Memoria Histórica. Después de seis horas de trabajo y un "vuelo" por encima del tejado de Capitanía, el polémico monumento ha abandonado la ciudad, de cuya plaza principal ya fue retirada en septiembre de 1983. Para el coordinador del grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia, Matías Alonso, el de ayer fue un día "histórico" por la normalidad de la operación y porque el dictador ya no podrá recibir honores de nadie.

La operación de traslado empezó a las ocho de la mañana con la presencia, en la puerta lateral del acuartelamiento de Santo Domingo, más conocido como Capitanía general, de una empresa especializada en este tipo de trabajos.

En el patio interior donde estaba la estatua varios operarios procedieron a desanclar el caballo rompiendo con martillos neumáticos la base de hormigón sobre la que estaba apoyado y retirando los hierros que lo sujetaban. Fue un trabajo muy delicado para el que previamente se habían hecho unas catas orientativas. Se temía que la estatua pudiera romperse en algún momento, como ocurrió cuando fue trasladada desde la Plaza del Ayuntamiento hasta el lugar donde estaba ahora.

No fue así y finalmente la figura del dictador salió completa, lo que facilitó después la operación para sacarla a la calle. Dado que después de su traslado a Capitanía se construyó un edificio en lo que antes era una simple valla, ayer fue necesario remontar la estatua por encima del tejado con ayuda de una enorme grúa. Fue un trabajo muy preciso que acabó bien, aunque la espectacular imagen que se preveía quedó empañada por la lona que cubría el caballo y que sólo dejaba al descubierto los cascos del caballo.

Una vez en el exterior, la grúa depositó el monumento sobre un camión-góndola y dentro de una caja de metal fabricada específicamente para ello. Y luego, tras algunos problemas con el vehículo, emprendió camino hacia la base militar de Bétera, en uno de cuyos almacenes fue depositada.

Sin incidentes

Para dar cuenta del traslado, el Ministerio de Defensa emitió un escueto comunicado en el que recuerda que la retirada de la estatua "responde a la aplicación del artículo 15 de la Ley 52/2007 sobre la presencia de símbolos del franquismo en espacios públicos". Dicho artículo establece que "las Administraciones Públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetos o menciones conmemorativas de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura".

En este caso hay que señalar que la estatua ha sido trasladada a otra instalación militar y que en el mismo edificio de Capitanía sigue habiendo un escudo preconstitucional que también estaría afectado por esta normativa.

Hay un último elemento a reseñar en este segundo viaje de la estatua de Franco y es que, al contrario de lo ocurrido el 9 de septiembre de 1983, en este caso no ha habido presencia de grupos ultraderechistas ni incidente alguno. Casi 27 años después de aquel episodio, este traslado se ha visto con absoluta normalidad democrática y apenas ha habido pronunciamientos al respecto.

Sólo se acercó al lugar el coordinador del grupo para la Recuperación de la Memoria Histórica de Valencia, Matías Alonso, quien destacó que ayer era un "día histórico". Por su parte, la coordinadora de EU, Marga Sanz, pidió contundencia al Gobierno para que este monumento no vuelva a exhibirse nunca más.