Acabar con el botellón de Tarongers, hacer mediciones de ruido en el entorno de Xúquer, regular las "tiendas de conveniencia" que proliferan sobre todo en el Carmen y prevenir la aparición de nuevas zonas de ocio susceptibles de generar problemas de ruido son los grandes objetivos que se marcaron ayer los participantes en el denominado Observatorio del Ruido: Juan Carlos Gelabert, presidente de la Federación de Hostelería de la Comunitat Valenciana; María José Broseta, presidenta de la Federación de Asociaciones de Vecinos; Luis Ibáñez, secretario autonómico de Gobernación; Carmina del Río, concejal del PSPV; Fernando Móner, presidente de Avacu; Antonio Llopis, representantes de la Universitat; y la edil de Contaminación Acústica, Lourdes Bernal.

Respecto al botellón de Tarongers, la Universitat anunció el inicio de una campaña de concienciación entre los estudiantes que se trasladará a las otras universidades. Por su lado, la Policía insistirá en los controles del entorno y se harán nuevas mediciones en la denominada "zona de respeto" de la zona de Xúquer.

En cuanto a las "tiendas de conveniencia", problema concentrado básicamente en El Carmen, la Conselleria de Gobernación se comprometió a inspeccionar locales como kebaps, fruterías, tiendas de alimentación y otras que venden alcohol para consumir en la calle, una modalidad que no está recogida en las ordenanzas municipales y que por tanto, acordaron, precisan de una nueva regulación.

Para terminar, la concejala delegada de Contaminación Acústica, Lourdes Bernal, anunció la incorporación al mapa del ruido de zonas de Valencia como Russafa que habrán de ser estudiadas de forma preventiva para que a corto plazo no se conviertan en un problema para los vecinos.

Según Bernal, la reunión de ayer demostró la implicación de todas las partes en este problema, que hay que contemplan en todas sus dimensiones. Por su parte, Carmina del Río abogó por seguir potenciando el diálogo con los jóvenes y recurrir menos a la fuerza policial.

Prohibición

de los conciertos

El rector de la Universitat de València, Esteban Morcillo, anunció ayer la prohibición de conciertos en el Campus de Tarongers. Tras su entrevista con la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, la máxima autoridad universitaria insistió en su intención de ser "muy respetuoso" con el descanso vecinal. Según dijo, "no se puede pretender ser una universidad-ciudad y al mismo tiempo darle la espalda a la Asociación de Vecinos"", con la que ya se ha reunido para tratar los problemas de ruido. "Seremos cuidadosos con las actividades que desarrolle la propia universidad en este sector y, salvo excepciones, procuraré que no se celebren conciertos, porque hemos de ser muy respetuosos con el descanso de los vecinos y con las relaciones de convivencia con nuestro entorno".