Dos días seguidos de macrobotellón. Las naves protegidas de la estación del Grao vivirán hoy su segundo día de paellas universitarias, con las asistencia de más de 12.000 jóvenes -tras el paso de los 13.000 que acogió ayer- dispuestos a comer y beber en cantidad, previo pago de 6 euros. La presión vecinal de la zona de Tarongers ha conseguido que, este año, tanto la Universitat de València como la Politécnica trasladaran sus respectivas fiestas multitudinarias a la estación del Grao, incluida en el Plan de Patrimonio Industrial y a la espera de un proyecto de rehabilitación desde hace cuatro años.

Los jóvenes estaban encantados, pero los vecinos no cabían en sí de indignación. "Están meando por todas partes. Está todo lleno de botellas y de porquería. Parece una película de destrucción. Que se queden dentro y que no salgan", afirmaban.

Poco antes de las 14 horas de ayer -y con el 70% de los asistentes en el interior del recinto- la entrada a la explanada de la estación del Grao era un embudo de jóvenes, y los alrededores, una especie de vertedero improvisado donde los asistentes dejaban sus botellas de cristal y preparaban su botellón ya que la empresa encargada de organizar la fiesta -Grupo Las Ánimas- impedía la entrada de recipientes de cristal y de tapones de plástico.

Desde la empresa adjudicataria aseguraron que, para organizar los dos festivales, cuentan con la pertinente autorización de la Delegación del Gobierno ya que tanto la antigua estación como la explanada contigua pertenecen al Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif).

La empresa se encarga de limpiar tanto el recinto como los alrededores del mismo. En cuanto al lugar elegido para celebrar las dos fiestas, la empresa organizadora explicó que el objetivo es "que los jóvenes no cojan el coche" ya que el fin de fiesta es en la discoteca Las Ánimas del Puerto. La entrada de 6 euros incluye -en ambos encuentros- un plato de paella, un refresco, postre y entrada a la discoteca en cuestión.

Fin de fiesta, en la discoteca

Por ello, a media tarde de ayer, los miles de asistentes a las paellas decidieron "tomar" la dársena del puerto y los alrededores a la espera de que comenzara el fin de fiesta. Los vecinos no daban crédito al ir y venir de jóvenes, cargados de alcohol. La discoteca abrió sus puertas a las 20 horas.

Tras recibir a más de 13.000 universitarios ayer, al antigua estación de ferrocarril recibe hoy a 12.000 más, en esta ocasión, estudiantes de la Universidad Politécnica. El centro docente, además, ha dejado a un lado la organización de las paellas que celebraban las ocho escuelas de forma individual, "y más familiar", para unir la fiesta en un mismo día y en un solo recinto.

En el caso de la Politécnica, además, la "falta de espacio" ha sido decisiva a la hora de cambiar de ubicación ya que "hace ya años que no cabíamos en la propia escuela", comentaba un portavoz.