El director general de Transportes, Vicente Dómine, aseguró hoy que la iglesia de los Santos Juanes de la ciudad de Valencia "no presenta ningún problema estructural" y las fisuras que pueden apreciarse tienen un carácter "simplemente estético", según informó la Generalitat en un comunicado.

Vicente Dómine se refirió de esta manera tras visitar hoy el templo con el fin de valorar el alcance de las fisuras de la iglesia tras recibir el informe técnico de la empresa adjudicataria que está construyendo la Estación de Mercado de la nueva Línea 2 de MetroValencia.

Dómine destacó la eficacia del sistema de auscultación automática instalado en la iglesia de los Santos Juanes y en el Mercado Central, compuesto por 127 sensores que transmiten información de forma permanente a la dirección de obra e incluso transmiten mensajes a los teléfonos móviles de los ingenieros y arquitectos a cargo de la obra.

El director general señaló que las obras de cimentación se reanudarán en el entorno inmediato de la parroquia. Estos trabajos se interrumpieron hace 10 días tras la aparición de "indicios de posibles daños" en el edificio, si bien el resto de los trabajos de inyección de hormigón a alta presión en el subsuelo de la futura estación han seguido funcionando, remarcó.

La Conselleria Infraestructuras remitirá a la Dirección General de Patrimonio "con carácter inmediato" un informe de evaluación para solicitar la reanudación de los trabajos, explicó el director general.

Dómine avanzó que mantendrá reuniones con la empresa constructora con una periodicidad de 10 días, con el fin de "mantener una vigilancia exhaustiva por parte de la Conselleria y garantizar que se adoptan las máximas precauciones para evitar daños en los inmuebles de gran valor patrimonial que rodean al área de los trabajos".

Durante la visita, reveló que "se están reproduciendo fisuras que tenía históricamente la iglesia de los Santos Juanes" y que habían quedado "ocultas" por "una rehabilitación de tipo estético que se llevó a cabo por la propia Conselleria de Infraestructuras entre los años 2006 y 2007, ya que en ningún momento se ha considerado necesario una intervención de otro tipo".

El director, que mostró imágenes del templo anteriores a esta rehabilitación en las que se aprecian las fisuras, manifestó que cuando las obras estén más avanzadas se efectuará una actuación estética similar a la anterior para ocultar las fisuras.

REVITALIZACIÓN DEL CASCO ANTIGUO

Dómine hizo referencia en la complejidad de la obra, tanto por las características del subsuelo de la ciudad de Valencia como por la magnitud del proyecto, que comprende siete plantas de aparcamiento y, debajo, la estación de metro, a una profundidad total de 28 metros.

"Lo fácil hubiera sido no intervenir en el casco histórico, pero la Generalitat Valenciana ha realizado una apuesta muy potente por la rehabilitación del centro, que se encontraba en una situación de abandono", resaltó.

Para Dómine, "el casco histórico necesitaba de una importante labor de rehabilitación, y la movilidad es una pieza fundamental, para que los ciudadanos puedan acudir con transporte público con total comodidad; esto exigía una obra muy importante tanto para dotar al Mercado Central de un gran aparcamiento con el que consolidar su actividad comercial, como para peatonalizar la calle de la Paja y hacer llegar el metro".

Asimismo, explicó que, además del sistema de auscultación, el movimiento de los inmuebles se ha previsto con modelos matemáticos. El conjunto del entorno se calcula que se ha elevado del orden de 12 milímetros por efecto de la actuación en el subsuelo, donde se ha inyectado un enorme "tapón de fondo" sobre el que se sustentará la estación.

Además, Dómine aseveró que Valencia ha experimentado uno año hidrológico "excepcional", con cambios "muy importantes" en la cantidad de agua existente en el subsuelo "y que ya de por sí han provocado elevaciones de hasta seis milímetros". "No sabemos si estas fisuras se hubieran abierto en cualquier caso independientemente de la obra", apostilló.