El primer aparcamiento inteligente de la ciudad que se construye en el número 10 de la calle Pizarro, en pleno corazón de l'Eixample, hace aguas. Lo dice el propio director de obra en un informe al que ha tenido acceso este diario en el que pide permiso al ayuntamiento para trabajar día y noche ante el potencial riesgo estructural en los edificios colindantes y en la misma obra por la presencia de agua del nivel freático.

El aparcamiento tienen ocho plantas en sótano y el "cráter" que se ha tenido que excavar para hacerlo ha topado con el temido e imprevisible nivel freático de Valencia. El director de la obra del aparcamiento ha solicitado licencia para trabajar a destajo en el "ferrallado" del patio de manzana en cuyo subsuelo se construye el aparcamiento. El motivo técnico expuesto a los responsables de la Concejalía de Urbanismo es "el riesgo de elevación del subsuelo dada la profundidad de la excavación y la presencia de agua". Lo anterior, detalla el arquitecto responsable de la obra, podría afectar al nivel freático y "ocasionar daños a terceros".

Así las cosas, el promotor solicita permiso para "trabajar en horario nocturno por un plazo máximo de cuatro meses" y garantiza que no se superarán los 40 decibelios, tope máximo permitido en zonas residenciales por la ordenanza del ruido. El promotor aduce que se trabajará en los niveles inferiores y que no se empleará la grúa torre ni se hormigonará por las noches. El servicio de licencias urbanísticas no ha puesto reparos a los trabajos nocturnos en vista de las "razones de peligro a la propia obra y a terceros" esgrimidas.

El garaje robotizado promovido por el empresario Paco Roig se empezó a construir en 2007 aprovechando un gran patio interior de manzana entre las calles Pizarro, Colon, Félix Pizcueta y Cirilo Amorós. El inmueble de Pizarro, que data de principios del siglo XIX y tiene nivel 2 de protección patrimonial, se rehabilitará para hacer viviendas de lujo una vez acabado el garaje.

El aparcamiento se presentó como el último grito para ahorrar espacio y costes. El sistema no permite entrar a las personas y almacena los coches de manera automatizada. Para rentabilizar el espacio era necesario bajar al máximo de profundidad, por eso el ayuntamiento autorizó en 2005 la construcción de ocho plantas, en vez de las cuatro previstas inicialmente. Se pasó así de 72 a 233 plazas.

Ajenos al peligro

El de la calle Pizarro es probablemente el aparcamiento privado construido a mayor profundidad de la ciudad, alrededor de 40 metros. Como referente, la estación de la línea 2 del Mercado Central, cuya construcción ha ocasionado grietas en los Santos Juanes, se está construyendo a 30 metros de profundidad.

Los vecinos de la zona, ajenos al riesgo que corren, han organizado una recogida de firmas para oponerse a la ampliación de los trabajos en horario nocturno. Hartos de soportar y denunciar las molestias, el ruido y el polvo de la obra han remitido un escrito al ayuntamiento negándose a los trabajos nocturnos.

El escrito, firmado por una veintena de vecinos de las calles Pizarro, Colón, Félix Pizcueta y Cirilo Amorós, expone que llevan soportando las obras desde hace tres años "plazo más que suficiente para que hubieran concluido, de no haber excavado a una profundidad de 40 metros".

Los ciudadanos, añade el escrito, "debemos soportar las inevitables molestias de las obras que tienen carácter público y se realizan en beneficio de la comunidad, pero ésta es una obra privada que se realiza con afán de lucro y donde deben prevalecer los intereses ciudadanos sobre los de los constructores". Los afectados por la obra aducen además el suplicio que supone en pleno verano tener las puertas y ventanas cerradas por la noche para evitar el ruido.

Viviendas de lujo con garaje y piscina en el corazón de l'Eixample

El empresario Paco Roig, promotor del garaje inteligente de la calle Pizarro, ha comprado y rehabilitado para distintos usos -hotelero, residencial de lujo...- varios edificios históricos de Valencia, como el Palacio de los Catalá de Valeriola y los conventos de San Lorenzo y San José. El edificio de la calle Pizarro data del siglo XIX y está protegido con nivel 2. En el subsuelo del patio de manzanas se está construyendo el primer aparcamiento robotizado de la ciudad. La inversión en este garaje tipo MP Metrotrans de doble hilera supera los seis millones de euros y ha sido presentada por Roig en distintas ferias, como Urbe y Desarrollo. La idea del empresario es exportar la fórmula a otras ciudades. En el edificio histórico, situado a pocos metros de la comercial calle Colón, se harán viviendas y estudios de uso profesional de lujo. La promoción de Pizarro incluye jardín y piscina privada.