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La reunión entre la directora general de Costas, Alicia Paz, y los hosteleros valencianos permitió ayer desbloquear la situación de los chiringuitos y abrir una ronda de negociaciones con esperanzas de acuerdo. A partir de hoy y para las próximas dos semanas se celebrarán reuniones bilaterales con cada playa y se analizarán las circunstancia de cada una, entre ellas la afluencia de personas. Dependiendo de eso se negociará el metraje de las terrazas, que debería oscilar entre los 50 metros que concede el Gobierno y los 150 que reclaman los restaurantes.

Aunque no hubo acuerdo, el hecho de no cerrar la reunión con otro estrepitoso fracaso se considera positivo en ambas partes. Hay que tener en cuenta que Gobierno y hosteleros parten de posiciones muy alejadas y condicionantes políticos que habían enconado mucho sus discursos.

Quizá por eso ayer el presidente de la Federación de Hostelería, Juan Carlos Gelabert, abrió la reunión pidiendo a la parte "contraria", en la que también estaba el delegado del Gobierno en la Comunitat Valenciana, Ricardo Peralta, que se abordaran las negociaciones sin reproches y sin prisas. "En algún momento se puede haber hablado de uso político, pero yo he dicho que cuando la situación llega a determinados extremos uno se agarra a un clavo ardiendo", además de que "tanto el Ayuntamiento como la Generalitat siempre han apoyado nuestras peticiones", explicó Gelabert.

Hecha esa salvedad, la reunión evolución de la tensión inicial al diálogo y se acercaron las posturas. Al menos se establecieron unas bases mínimas. Según Gelabert, todo e l mundo está de acuerdo en la defensa de los puestos de trabajo, máxime en los tiempos que corren, y en que los restaurantes vienen trabajando desde hace años con las condiciones actuales y con unos parámetros de calidad muy elevados. "Es un problema de entendimiento y nada más", opina.

Así pues, en las próximas dos semanas se celebrarán reuniones bilaterales con cada playa (Pinedo, El Saler, Malva-rosa y Puerto de Sagunto) para analizar las condiciones y la excepcionalidad de cada una. Serán reuniones en Valencia, hecho muy destacado los hosteleros, y en las mismas se presentarán informes sobre el número de personas que acuden a las playas y la ubicación de los locales. La Concejalía de Playas, que discretamente mostró su satisfacción por el desbloqueo del conflicto, ya ha anunciado que presentará los informes que hagan falta.

Posteriormente se negociará el metraje que se necesita en cada caso, probablemente partiendo las posiciones de los hosteleros (los 150 metros actuales) y la del Gobierno (los 50 metros concedidos), aunque no necesariamente. Según las necesidades "el abanico puede ser más amplio", cree Gelabert.

Finalmente, se celebrará una reunión en Madrid para dar una solución definitiva al conflicto. Todo parece indicar que las partes quieren resolver el problema lo antes posible. De hecho, hay una fecha que obliga, que es el 17 de junio, cuando finaliza el plazo de los chiringuitos de la Malva-rosa para desmontar las terrazas que superan los 50 metros concedidos. En realidad, nadie sabe qué pasará con estos locales, pero los hosteleros esperan que si no se resuelve el tema se aplace hasta después del verano.

Los únicos con problemas

Y es que las expectativas de un acuerdo son relativas. De hecho, los hosteleros mantienen todos los recursos contencioso-administrativos y desde el Gobierno se habla de cordialidad y firmeza. La directora general de Costas, Alicia Paz Antolín, recordó que los establecimientos de la Malva-rosa, Sagunto, Pinedo y El Saler "son los únicos que plantean algún problema significativo respecto a todos los chiringuitos que desarrollan con normalidad su actividad en el ámbito de Valencia".

Según dijo, en esta reunión sólo se ha acordado que cada establecimiento remita un calendario con las reuniones que se desarrollarán y en las que se estudiará su documentación y sus "consideraciones y problemática específica para continuar el diálogo y ver la solución de cada uno de ellos".