La idea de la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, de ordenar a la Policía Local que deje de hacer labores de seguridad ciudadana que corresponderían a la Policía Nacional ha causado cierto estupor en la administración central, que confía en que el Ayuntamiento de Valencia no rompa los cauces de cooperación policial que tan buenos resultados están dando. De todas formas, ayer el concejal de Seguridad del Ayuntamiento de Valencia, Miguel Domínguez, ya matizó esa iniciativa municipal asegurando que el recorte se producirá en los operativos especiales y en las horas extras de los agentes con el fin de ahorrar costes. Y aunque se dará preferencia a las labores propias del cuerpo, prefiere, de momento, no ir más allá en este sentido.

La propuesta de Rita Barberá, que podría concretarse mañana con la presentación del plan de austeridad, hace mención a las labores de seguridad ciudadana que hace la Policía Local y que son competencia de la Policía Nacional. Entiende que algunas de esas labores suponen un gravamen para las arcas municipales y, por tanto, podrían dejar de realizarse.

La pregunta que se plantea entonces es dónde se puede cortar y para qué. Y el Gobierno, desde luego, espera que no sea en ningún sitio, pues "no hacen ninguna función que puedan dejar de hacer".

Fuentes policiales entienden que "no hacer labores de seguridad ciudadana es tanto como decir que no se va a dar seguridad a los ciudadanos", algo que no quieren imaginar. Entienden, además, que "si hay un problema en este sentido, lo que tienen que hacer es comunicarlo a las autoridades competentes y hablar del asunto de una manera serena y menos pública". "Lo que no se puede decir es que se va a dejar de vigilar los bancos, por ejemplo", opinan.

Lo único que podría hacer la Policía Local es romper los cauces de información y la colaboración con la Policía Nacional, que es fluida y que está dando excelentes resultados. Desde la Policía Nacional están dispuestos a mantener ese esfuerzo y esperan la misma reciprocidad de las autoridades municipales. "A nosotros nos piden permiso para hacer operativos de paisanos y los concedemos sin ningún problema. Eso es bueno y esperamos que siga funcionando con normalidad", dicen las fuentes, que recuerdan que el intercambio de información es positivo para ambos cuerpos aunque luego cada uno la utilice dentro de sus propias competencias.

Hay una última cuestión que no termina de entender la Administración central, que es el recorte económico que supondría esta dejación de funciones. "Esta propuesta no tendrá un ahorro económico y sí perjudicará la rutina con la que se viene trabajando", precisaron.

Un poco en esta línea, ayer el concejal de Seguridad, Miguel Domínguez, matizó las declaraciones de la alcaldesa para asegurar que la posibilidad de dejar de hacer labores de seguridad ciudadana era sólo una pregunta que se hacía Rita Barberá que ya se verá si se concreta en algo.

Según Domínguez, cuando se habla de recortes y de plan de austeridad, su departamento en lo que está pensando es en recortar las horas extras y los operativos especiales que realizan los agentes de la Policía Local, unos recortes que suponen un ahorro económico para las arcas municipales.

Domínguez admitió que "se harán menos cosas en la calle" y que tratarán de ceñirse y dar preferencia a las competencias que son propias de la Policía Local, pero prefiere no dar carpetazo al tema de la seguridad ciudadana. "A la gente la atenderemos bien", dijo sin paliativos.