Desde un abogado que construyó una custodia en la cárcel Modelo de Valencia con pinzas de madera mientras estaba preso, hasta un vecino de Valencia que se colgó una sagrada forma al cuello, oculta entre la camisa, y recorrió las calles del centro de la ciudad, en procesión, y rezando en voz baja.

El arzobispado de Valencia ha sacado a la luz diversos documentos que revelan cómo se celebraba clandestinamente el Corpus Christi durante la Guerra Civil, en los años 1937 y 1938, tanto en las cárceles como en domicilios particulares de la capital valenciana, según aseguró ayer el director del Archivo, Ramón Fita. Según el director del registro metropolitano "son varios los testimonios escritos que se conservan y que demuestran la auténtica devoción de los valencianos por el Corpus Christi en la clandestinidad, durante la persecución religiosa".

Algunos de los documentos "han sido incluidos en las causas de canonización de mártires beatificados ya por la Iglesia", precisó Fita. Entre el material hallado, "que está catalogado aunque nunca había sido divulgado", figura una carta del abogado Juan Colomina Barberá -refrendada posteriormente por varios testigos- que cuenta cómo estuvo arrestado por sus creencias religiosas en 1936 en la antigua Cárcel Modelo y fabricó allí una pequeña custodia de madera". Otro de los casos es el de un prelado que presenció, siendo niño, como su padre conmemoró el Corpus Christi "en secreto".