Los chiringuitos de la playa de la Malva-rosa no tienen previsto desmontar sus terrazas antes del 17 de junio, fecha en la que vence el plazo de la Dirección General de Costas para ajustar sus cerramientos a los 50 metros que tienen de concesión. Entienden que después de la reunión celebrada el pasado lunes en Madrid pueden mantener su estatus actual hasta después del verano y luego seguir negociando. Se trata, en cualquier caso, de una creencia que habrán de confirmar el próximo lunes en una reunión con la Federación de Hostelería, que llevó el peso de la negociación, y en las inminentes conversaciones con la Demarcación de Costas de Valencia, que deben conducir a una solución final.

Miguel Cueca, presidente de los hosteleros de la Malva-rosa, aseguró ayer que la licencia de obras solicitada al Ayuntamiento la mantendrán viva, pero no la harán efectiva por el momento. Según dijo, "el lunes salieron -se refiere a sus representantes- con la idea de que el verano lo podíamos pasar como estamos y después se verá una solución final". Aunque el plazo vence esta semana, "no se nos pasa por la cabeza -dice- quitar las terrazas". "De Madrid salieron con la idea de que el Gobierno levantaba el pie del acelerador y se abría una nueva negociación", insiste.

En principio, esas negociaciones deben producirse a lo largo de las dos próximas semana en Valencia, con reuniones de la Demarcación de Costas con cada playa afectada, es decir, con Pinedo, El Saler, Malva-rosa y Puerto de Sagunto.

A falta de una fecha para ello, el lunes se reunirá la Federación de Hostelería de Valencia con los restaurantes afectados para fijar su estrategia, que, por lo acordado en Madrid, debe dirigirse a demostrar la necesidad que tienen las playas de contar con estos establecimientos.