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a hace algún tiempo que la playa más urbana de la ciudad, La Malva-rosa, no goza de la bandera azul que un día allí ondeó y fue el orgullo de nuestros dirigentes para sacar pecho y decir que era gracias a su gestión. Esa bandera azul la otorga una entidad privada; recalco esto porque seguro que algunos lo vuelven a aprovechar para lanzar la idea de que no se nos da esa distinción por culpa de que a esta Comunitat se le tiene manía y se la persigue girándole la cara. Esta es la mejor, más fácil y simple pataleta que uno puede hacer cuando le dicen que lo que ha hecho o no ha hecho ha provocado una pérdida o suspenso.

Pero en el tema de la bandera azul y la situación del agua de La Malva-rosa y Las Arenas ya la hemos hecho llegar en varias ocasiones a los concejales responsables y a los medios de comunicación; situación que ha continuado e incluso se incrementó con la rotura del emisario submarino. Pero no es sólo por esa rotura sino también por la acción día a día, del emisario, las acequias que vierten de otros municipios como Alboraia, el puerto, etc. Éstos son los que también hacen que nuestra orilla se llene de pequeñas galletas de chapapote, compresas, bastoncillos de los oídos, sandías, plásticos, etcétera, etcétera, etcétera.

Todo ello supone que perdamos ese galardón y es por no haber buscado una solución integral desde la conselleria y el ayuntamiento.

¡Ah, por cierto! No sólo lanzo una reflexión, sino también habitualmente reclamamos concienciación a los ciudadanos/as para evitar ensuciar la playa de la ciudad. Pero les invitamos a que no usen la excusa insostenible de que la culpa es del Gobierno central, de los ciudadanos insolidarios y los temporalesÉ es que no han hecho los deberes. Aplíquense el cuento y resuelvan todo aquello que provoca que no tengamos un año más una playa digna para los vecinos/as de Valencia.

?Associació de Veïns, Cultural i de Consumidors Patraix