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El Col.lectiu Lambda de lesbianes, gais, transexuals i bisexuals ya lo tiene todo preparado para celebrar mañana en Valencia el gran día del Orgullo Gay: carrozas, disfraces, maquillajes, charangas, plataformas, pelucas... pero todo este festejo de colorines y alegría contiene este año un mensaje reivindicativo para exigir el reconocimiento de derechos de los transexuales, que posiblemente sean el grupo más castigado.

"Es el colectivo más discriminado, por los estereotipos y perjuicios sociales, por la desinformación... los transexuales sufren marginación desde que son pequeños porque su identidad de género no se corresponde a lo que esperaban de ellos", expresa Jose de Lamo, coordinador general del Col.lectiu Lambda.

El portavoz solo tiene palabras para exigir que se erradique ese maltrato social que convierte a las personas transexuales en los más vulnerables.

Su reivindicación tiene un recorrido más alto: llegar a los centros escolares, que los curriculums educativos incluyan materias formativas sobre diversidad sexual para acabar con el tinte discriminatorio que mancha lo que toca.

Preocupa especialmente al coordinador de Lambda los adolescentes transexuales, "porque son el primer blanco del acoso". Entre las reivindicaciones que exigirán mañana ataviados de alborozo destaca la exigencia de que se supriman o suavicen los requisitos para realizar el cambio de nombre.

La ley de 2007, liberadora en muchos aspectos, todavía contiene pellizcos y uno de ellos afecta al colectivo de transexuales. Por eso este año, los cinco mil manifestantes reclamarán que el requerimiento de llevar dos años hormonándose para cambiar de nombre y de sexo en el registro civil desaparezca. "Si ya se ha percibido que esa persona ha comenzado a hormonarse, ¿por qué mantenerle como blanco del acoso social durante dos años hasta que por fin su nombre civil coincida con su identidad sexual?", cuestiona Jose de Lamo.

Mañana también exigirán que se suprima la clasificación que todavía rige en la OMS de que transexualidad es un trastorno mental. Y sobre todo, reclamarán igualdad laboral e idénticas oportunidades.

Las revueltas del 28 de junio de 1969 en el Greenwich Village de Nueva York

Al republicano Richard Nixon, que ha sido el único presidente norteamericano que fue obligado a dimitir en el cargo el 8 de agosto de 1974, tras el escándalo Watergate, no le gustaban los homosexuales y su orden era la de mantenerlos ocultos en armarios, despensas o trasteros. El escondite igual daba, lo importante era que no se asomaran a la calle. Pero el colectivo gay de Nueva York no compartía sus tesis y tras largas temporadas de redadas y detenciones decidieron revelarse y enfrentarse a los poderes públicos el 28 de junio de 1969, cuando un confiado Nixon llevaba ya cinco meses en la Casa Blanca.

Los altercados adquirieron un tono más encrespado que en las anteriores ocasiones. Aquel día, la bandera del arco iris comenzó simbólicamente a desplegarse por las calles de Greenwich Village.

El enfrentamiento entre los manifestantes y la policía duró 72 horas. El movimiento homosexual acababa de arrancar en aquella primera revuelta. Y salieron con una palabra en la boca: el orgullo de reconocerse quienes eran y como eran. Sin escondites ni velos.

La fecha se convirtió en la efeméride del movimiento.

Y a partir de esa famosa revuelta, los homosexuales de todo el mundo decidieron conmemorar el día del orgullo gay para salir a la calle y dejarse ver, para celebrar que ya no tienen que esconderse y que las reivindicaciones de Stonewall siguen vivas. p. g. b. valencia