La restricción en el alumbrado público del Ayuntamiento de Valencia debido a la crisis económica ha dejado a los clientes de dos terrazas de restaurantes sin poder ver la cena que les servían en la mesa. Como explicó ayer a este diario Miguel Gadea, propietario de un restaurante situado en Monseñor Oscar Arnulfo Romero (barrio de San Marcelino), a la hora en la que está sirviendo las mesas, en torno a las 22 horas, las luces de la plaza se apagan durante aproximadamente una hora u hora y media.

Según apunta Gadea, esta situación que también se da en las calles cercanas "se viene produciendo desde que cambiaron las farolas hace 6 ó 7 meses" pero desde hace dos semanas la situación se repite diariamente. "El sábado tenía una mesa con 15 personas que tuve que meter dentro del local porque se fue la luz a la hora de cenar", cuenta Gadea que señala además que en ese momento también daban servicio a otras ocho mesas", que no les quedó otro remedio que esperara que volviera la luz.

"Que apaguen de madrugada"

"Otras personas ni se acercan al parque donde tenemos las terrazas porque cuando pasan a la hora de cenar está todo a oscuras", señala. "Yo estoy pagando mis impuestos durante el año para tener la terraza...". Miguel explica que cuando ha llamado al teléfono de información ciudadana del ayuntamiento, el 010, "me dicen que se debe a restricciones horarias de la luz", comenta el propietario del establecimiento, quien añade que "entiendo que se hagan restricciones de la luz pero no a estas horas. Podían hacerla a las tres de la mañana o quitar bombillas aleatoriamente".

Asimismo, el propietario del restaurante cree que es peligroso tener un parque a oscuras, puesto que dice "hay que ir con linterna para poder ver".

Recorte para cuadrar cuentas

La alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, anunció el 8 de junio que el departamento de alumbrado público iba a ser el más afectado con el recorte presupuestario llevado acabo con el objetivo de cuadrad cuentas en tiempos de crisis. La ciudad ha visto en los últimos 19 años como se ha incrementado el alumbrado público de la ciudad pasando en 12 años a una factura eléctrica de 4 a 10,3 millones de euros y un incremento en el consumo por persona y hora de 67 a 132 kilovatios.

El gobierno de Barberá que siempre ha presumido de tener la ciudad "mejor iluminada de Europa" finalmente empezó con pruebas de cortes del suministros eléctrico de manera total en algunas zonas y parcial (de una sólo acera) en otras.