Fue una gran vía planeada con un objetivo: Facilitar el acceso al Mercado Central. La avenida del Oeste (actualmente Barón de Cárcer) nació fruto de una reforma interior —hace más de un siglo— en un momento en el que se planearon un buen número de grandes vías que supusieron un claro rechazo a la red histórica de sus ciudades. O bien porque ampliaron el límite de la ciudad con nuevos espacios y una red octogonal, o bien porque rasgaron la trama y abrieron vías rápidas. La avenida del Oeste responde a este último modelo, y por ello, forma parte —junto con cinco avenidas más— de la exposición «Las otras Grandes Vías», una muestra exhibida en Madrid por el Ministerio de la Vivienda para rescatar la historia de seis grandes arterias urbanas de España que tal vez no sean tan conocidas o fotografiadas como la Gran Vía de Madrid —que celebra este año el centenario de su apertura— pero sí son igual de emblemáticas para sus ciudades y habitantes. Los seis ejemplos elegidos de la historiografía urbana son la Via Laietana de Barcelona, la Gran Vía de Bilbao, la Gran Vía de Colón de Granada, la Gran Vía Escultor Francisco Salzillo de Murcia, el paseo de la Gran Vía de Zaragoza y la avenida del Oeste de Valencia.

Arquitectos e historiadores —todos catedráticos y profesores de la universidad— constituyen el comité científico que ha elaborado los contenidos, que reunen, además, fotografías de hace más de 120 años, vídeos, planos y dibujos originales de las actuaciones urbanas. Francisco Taberner ha elaborado la información de la avenida del Oeste. La muestra se puede visitar desde mañana —y hasta el 5 de septiembre— en la Alquería de Nuevos Ministerios.

Pero en la exposición «Las otras Grandes Vías» no sólo se desprende la historia de estas seis vías sino que también incluyen preguntas sobre su futuro. Y es que, planeadas para un volumen de vehículos muy inferior al actual —incluso para algunas calesas y carros de caballos— hoy centran nuevas cuestiones, un siglo después de su apertura, como qué hacer con ellas o cómo utilizarlas y aprovecharlas en una realidad bien diferente a la que las promovió. Ejemplos son los recientes debates suscitados en otra avenida centenaria de Valencia (Blasco Ibañez), o en Barcelona, con las diferentes soluciones para la Diagonal.

La avenida del Oeste cumple con las características de las grandes vías del momento ya que se convirtió en una posibilidad de negocio, aglutinó comercios y cumplió con la necesidad imperiosa en la ciudad de acceder al Mercado Central. Por ello, la construcción de la primera mitad (la llamada actualmente Barón de Cárcer) llega hasta la parte posterior del mercado. Y allí se detiene. Y es que las propuestas de los años 60 para que la avenida cruzara el barrio del Carmen y llegara hasta el río no prosperaron.