La decisión de la Fiscalía de Valencia de archivar las investigaciones sobre el barrio chino al no detectar delitos de proxenetismo ha indignado a la plataforma vecinal que impulsó la denuncia. "Estamos viendo a las mujeres en la calle, vemos a los proxenetas y conocemos los pisos alquilados a las ýmadamesý. ¿Cómo pueden decir que aquí no pasa nada?. Esto es un escándalo", aseguró Trini Piquer, portavoz de la Plataforma Cívica Valenciana contra la Explotación Sexual y la Trata de Mujeres y Menores, que entiende que el problema del chino no se resuelve por falta de voluntad política y anuncia movilizaciones.

La primera vez que la plataforma vecinal denunció la trata de blancas en el corazón de Velluters aportó informes de detectives privados con testimonios de las mujeres, pero ni los registros ni las declaraciones posteriores sirvieron para esclarecer nada. En esta segunda ocasión se han presentado denuncias e informes de la Policía Local de Valencia que poyaban sus tesis, pero la Fiscalía, tras analizar los locales, a sus propietarios, sus actividades y sus ingresos, no ha detectado delito de proxenetismo, sólo faltas administrativas.

Para Trini Piquer, resolver el problema de la prostitución en el barrio chino de Valencia es una cuestión de voluntad política y hoy por hoy "no la hay", ni por parte de la Delegación del Gobierno ni del Ayuntamiento, precisa. "Hay todo un entramado de negocios montado alrededor de la desgracia de los demás y no interesa quitarlo. Todo se esconde", dice Piquer, quien asegura que "sólo por cuestiones de Sanidad se podrían cerrar los locales".

Ahora su única opción es reunir de nuevo a los vecinos y emprende movilizaciones, una medida que no han puesto en marcha "para que no se pensara que íbamos contra las mujeres", pero que "ya hemos realizado otras veces y que vamos a convocar otra vez". "Esto es una vergüenza absoluta. Estamos muy cabreados", afirma.

La misma indignación comparte María José Volta, secretaria de la Asociación de Vecinos de Palleter. "Ahora va a resultar que esto es Alicia en el país de las maravillas". "Es increíble que se diga esto", opina.

Volta recuerda que el código penal sanciona a quien induce y a quien se beneficia de la prostitución, cuestiones ambas que se ven todo los días en el barrio. "Alquilar habitaciones a cinco euros cada veinte minutos eso es beneficiarse de estas mujeres; y decirles mueve el culo y a trabajar, eso es proxenetismo. ¿Qué necesitan, que las tengan encadenadas y esclavizadas?", se pregunta.