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El presidente Francisco Camps aseguró en junio solemnemente en las Corts que los expedientes de la Ciudad de las Artes -que según el PSPV arrastra un sobrecoste de 600 millones- estaban a disposición de la oposición. Los socialistas le tomaron la palabra y reclamaron la documentación de todos los elementos que componen el complejo desde su construcción. La oferta de transparencia la ha reiterado Camps varias veces. Ahora, el conseller de Economía, Gerardo Camps, ha desmentido al jefe del Consell y, en respuesta a la petición del PSPV, comunica que le es "prácticamente imposible" dejarle examinar los papeles, dado el amplio espacio temporal que comprende y el volumen de la documentación.

Con todo, Gerardo Camps deja abierta una puerta al pedirle al PSPV que "concrete de forma más específica la información de los expedientes que desea revisar" para ponerlos a su disposición. Para llegar a esta conclusión el Consell ha tardado cuatro meses, con prórroga de respuesta incluida. La nueva maniobra dilatoria irritó ayer a los socialistas, que consideraron que el conseller "ha dejado como mentiroso al presidente".

La justificación de los sobrecostes

No obstante, para "evitar facilitar al Consell la más mínima excusa dilatorio", han remitido un nuevo escrito por el que precisan que quieren examinar cada uno de los proyectos de modificación o ampliación de la obra, incluyendo la propuesta motivada del director de la obra y la aprobación o autorización. La Sindicatura ha advertido respecto a algunos modificados que los conoce por las certificaciones de obra pero no ha visto los proyectos.

El relato de los pretextos del Consell puede pasar a los anales. Tras solicitar los papeles en junio y no tener noticias en septiembre, el PSPV se dirigió a la presidenta, Milagrosa Martínez, quien el 16 le responde que todavía no había expirado el plazo para contestar... un plazo que acababa el 16 de septiembre. Luego el conseller pidió una prórroga de 20 días. Así hasta la semana pasada, cuando traslada al PSPV que es tanto lo que pide que no puede dejárselo ver.