Una decena de personas, la mayoría mujeres, se ofrecen estos días a la entrada del Cementerio General de Valencia para limpiar lápidas, nichos o panteones a cambio de su correspondiente remuneración. Este trabajo, para el que no tienen un permiso expreso del cementerio, lo vienen realizando desde hace años, pero la crisis ha aumentado su número y diversificado su género.

Julián, de 31 años de edad, aguarda a la entrada pertrechado con un cubo y todo lo necesario para el mantenimiento de las tumbas. "¿Necesita ayuda para la limpieza?", pregunta a las personas que acceden al cementerio. Y cuando alguna requiere de sus servicios él la acompaña, limpia la lápida, coloca las flores al gusto y cobra una media de 15 euros, dependiendo de que sea un nicho, una tumba o un panteón.

Como él, hay otras personas que hacen el mismo trabajo desde hace muchos años, pero en su caso es el paro y la crisis la que lo ha lanzado a este trabajo "de temporada".

Según dice, lleva desempleado casi dos años y no hay manera de encontrar un empleo, ni en su oficio, que es el de vigilante de seguridad, ni en nada. "Todos los días salgo a la calle, he recorrido las veinte empresas de trabajo temporal de Valencia y todo lo que consigo son pequeños empleos de camarero o de otras cosas que no me solucionan nada", explica.

En estas condiciones y siendo vecino del barrio, Julián decidió el año pasado probar suerte en el cementerio. Sólo estuvo dos días, dice, pero le fue bien y ha repetido. Espera estar hasta el 1 de noviembre, Día de Todos los Santos, y sacar algún dinero para él, para sus padres y para sus hermanos.

Julián asegura que todos los días completa un sueldo y confía en que a medida que se acerque el día 1 aumente la demanda.

Otro señor que desempeña esta función desde hace algunos años asiente con la cabeza a las palabras de Julián. "Es verdad que el trabajo está muy mal", dice.

Para hacer esta labor, además, no necesitan permiso del cementerio. Según explicó un responsable del camposanto, estas personas vienen trabajando todos los años sin necesidad de pedir nada. Se organizan por su cuenta y nadie les molesta, dice.

Dos nuevos aparcamientos

Hablando de molestias, este año los valencianos que acudan al Cementerio General contarán con dos zonas de aparcamiento nuevas. El Ayuntamiento de Valencia ha explanado un solar frente a la puerta principal en el que es posible acomodar alrededor de 200 vehículos. Ayer, agentes de la Policía Local colocaban las últimas vallas para ponerlo en uso a partir de hoy, dijeron.

Lo mismo se ha hecho en la parte de atrás, junto al campo de fútbol nuevo. En este caso el terreno puede acoger alrededor de cien vehículos.

Con ambos aparcamientos, el Ayuntamiento suma espacio a la zona de estacionamiento del propio Camposanto, que en estas fechas también es liberada de otros usos habituales, entre ellos el de zona de prácticas para las autoescuelas.